Sonrío como un estúpido cada vez que recuerdo el día que nos conocimos.
Me atropellaste con tu bicicleta camino a la escuela. Tu rostro asustado fue lo mejor.
Desde ese día nos volvimos inseparables.
Tú no te fuiste como lo hacían todos esos falsos amigos que tuve.
Ellos decían que yo terminaba alejándolos, y que tarde que temprano los iba destruir.
Y terminé destruyéndote a ti.
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Absurda venganza
Short StoryTodo sucedió por una simple venganza. «Y pensar que algo tan absurdo terminó quitándote la vida, pequeña»