AMOR POR CONTRATO (JUSTIN BIEBER)

Capítulo 25 °Nuestro Amor°

Se acerca el final

Movía mi pie sin parar contra el suelo, y no dejaba de morderme el labio. Estaba nervioso, sólo esperaba que el doctor no le vea nada malo a Taylor. Justo en ese momento el salió y me acerqué a él.

— Su memoria está bien, puede sentir sus piernas y cualquier parte del cuerpo. Sin embargo es recomendable que no camine o haga muchas fuerzas por al menos una o dos semanas, ya que, hace poco fue operada —Yo asiento— fuera de todo eso… ella estará bien. Le entregaremos una silla de ruedas para transportarla, y por favor que no camine hasta que yo le autorice, es por su salud. Les daré una cita para que la vea, dentro de tres días. —comienza a anotar en un papel y después me lo entrega— aquí tiene —Lo tomo— venga a tiempo. Adiós señor Bieber.

— Adiós, y muchas gracias. —le digo, el sonríe y se va. Me adentro a la habitación y la enfermera terminaba de sentar a Taylor en la silla, Taylor al verme entrar enseguida dirigió su mirada a mí y me sonrió. Yo me acerqué a ella, la enfermera después sólo se retiró— ¿Estás lista? Para volver a casa digo…

— Sí, ya quiero irme de aquí. Quiero volver a casa —ella toma mi mano— contigo.

Me agache a su altura y le bese. Ella correspondió a mi beso, y después nos separamos, me puse detrás suya y la ayude a avanzar. Christian se había ido, así que ahora sólo estábamos Taylor y yo. Nos fuimos del hospital y cuando llegamos al auto la ayude a subirse, después guarde la silla de ruedas en el maletero y me senté adelante para manejar.

— Justin —me habla ella, yo le miró un segundo como diciendo ¿Qué sucede? y después dirigí mi mirada a la carretera— ¿Qué… sucedió con mi chofer?… acaso.

— Él… murió —dije, ella exclamó en sorpresa— su familia ya fue avisada.

— No puede ser —dice ella, la escuchó sollozar— pobrecito.

— No llores, es un accidente. Aveces pasan esas cosas, gente muere o sobrevive. Para él fue lo malo —digo.

— No puedo dejar de sentir que esto es mi culpa. Yo le pedía que no me llevará de vuelta contigo, y él se concentró más en mi que en la carretera, le distraje. Y ocurrió el accidente.

— No es tu culpa amor, estas cosas pasan. Pero no es tu culpa. —le dije, y coloque mi mano en su pierna para acariciarle. Ella sólo asintió, pero sabía que seguía sintiéndose culpable.
Minutos después llegamos a casa, le ayude a subir en la silla de ruedas y después a andar con ella hasta adentrarnos a la casa. Eran las nueve de la noche, así que sólo la lleve al cuarto y la ayude a cambiarse, ella se ruborizo y yo sólo sonreí. Me encanta que sea tan tímida, y que se reburice ante estas cosas. Después la acosté y me dediqué a cambiarme yo, me puse unos boxers y un pantalón gris, para arriba no me coloque nada. Después me acosté a su lado, y nos quedamos mirándonos.

— Gracias… por estar aquí conmigo.

— ¿Y dónde más estaría? —le pregunto confundido. Ella me sonríe y  acaricia mi mejilla, yo cierro los ojos ante su tacto.

— No sé, con tus padres. O bien en tu empresa.

— No estaría en otro lado más que aquí contigo, te amo.

— Te amo, Justin. —Me dice ella y luego acerca su rostro al mío y me besa. Yo enseguida correspondí a aquel beso y le tomé de la cintura, la apague más a mi cuerpo y ella gimio de dolor.

— Lo siento —le dije al separarme de ella, pero sólo sonrió y negó con su cabeza.

— No pasa nada, sólo estoy algo adolorida aún. —Me dice, yo le beso la frente y después apago la lámpara para que pudiéramos descansar.