Capítulo 2

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Ayano miraba la noche a través de la ventana junto a su cama. La luz de la luna iluminaba su rostro sombrío mientras recordaba la expresión de Taro tras la ceremonia de selección. La decepción en sus ojos cuando el Sombrero Seleccionador la había colocado en Slytherin era difícil de olvidar. Como si hubiera esperado algo más de ella. Con rabia contenida, sujetó su almohada y la arrojó contra el ventanal con fuerza.

—Deja dormir al prójimo...

Ayano suspiró. Había olvidado que no dormiría sola durante todo el año. Miró hacia la cama contigua, donde una cabellera pelirroja se asomaba bajo las mantas. Supuso que era Yui, la chica amable que le había hablado el primer día.

Con resignación, se levantó para recoger la almohada del suelo. Su mente, sin embargo, seguía lejos, deseando poder escabullirse hasta la torre de Hufflepuff para ver a Taro dormir. Pero las entradas a las casas estaban protegidas con encantamientos y, además, los pasillos estaban vigilados por profesores que patrullaban para atrapar a estudiantes fuera de la cama.

—¿Tienes el sueño pesado?—preguntó la pelirroja con voz perezosa.

Ayano se tensó. Esa voz no era la de Yui.

—¿Cuándo entraste?—inquirió, sin recordar que hubiera otra chica en la habitación.

—Creo que estabas demasiado distraída para notarlo.

—Bueno... ¿Cuál es tu nombre?

La pelirroja sonrió de lado y se sentó en su cama, sus anteojos reflejando la luz de la luna.

—No tengo.

—¿No tienes? Claro, ¿y cómo te llamarán los profesores en clase?

La chica rió con un deje de burla.

—No iré a clases.

Ayano observó su extraña apariencia: piel pálida, cabello encendido como el fuego, y esa expresión de superioridad tan marcada.

—Si quieres, puedes llamarme Info-chan. Aquí todos lo hacen.

Se recostó de espaldas a Ayano y, antes de cerrar los ojos, soltó con desdén:

—Por cierto, tu madre era una gran mujer.

Ayano se volvió hacia la pared, sintiendo una punzada en el pecho.

—Yo no la llamaría así.

Intentó dormir, sabiendo que mañana sería el primer día de clases. Su último pensamiento antes de perder la conciencia fue él.

El sueño la envolvía cuando un chirrido agudo la hizo revolverse en la cama. Frunciendo el ceño, se sentó con los pies descalzos sobre el suelo helado y caminó hacia la ventana. No vio nada, solo la luna llena iluminando el Bosque Prohibido. Pero, al darse la vuelta, el ruido se repitió.

Conteniendo un grito, Ayano cubrió su boca al ver una criatura alada golpeando el cristal con sus garras. Parecía un tiuque, aunque saltaba sobre el alféizar con la energía de un niño pequeño.

—¿Qué rayos haces aquí?—susurró, exasperada.

El ave agitó las alas, emocionada.

—Te dije que hay otras formas de hablar conmigo. No es necesario que...—Ayano suspiró, frustrada.—¡Solo vete! ¡Envía cartas como hace la gente normal!

—¿Yan-chan? ¿Con quién hablas?

Yui se sentó en la cama, somnolienta pero curiosa. Ayano se interpuso entre ella y el ave.

—¿Acaso hablabas con ese pájaro?—preguntó Yui, divertida.

—No... solo intentaba espantarlo.

Finalmente, se hizo a un lado, dejando que Yui viera al ave.

—Deja que yo me encargue.—Yui sacó su varita con una sonrisa maliciosa.

—¿Qué... qué le harás?

—Lo convertiré en la cena.

Alzó la varita, pero Ayano la empujó, haciendo que cayera al suelo.

—¡Estás loca! ¡Es solo una asquerosa ave!

—No puedes matarlo. Él... él es un...

—Es un ave Deñ—interrumpió Info-chan desde su cama, sin abrir los ojos.—Una criatura que los magos usan para transformarse.

Yui la miró boquiabierta.

—¿Quién es?—preguntó, recogiendo su varita.

Ayano bajó la cabeza, avergonzada.

—Es mi padre.

Yui estalló en carcajadas. Info-chan guardó silencio, observando con curiosidad.

—Hablamos luego, papá—dijo Ayano, cruzada de brazos.—Y no vuelvas a aparecerte aquí. Es un cuarto de chicas, no es decente que te asomes como un pájaro en mi ventana.

El ave, si pudiera, se habría sonrojado. En su lugar, agitó un ala a modo de saludo y voló hacia la noche.

Ayano se acostó de nuevo, ignorando las risas de Yui. Avergonzada y molesta, cerró los ojos con la esperanza de que, al despertar, todo aquello pareciera solo un sueño.

Yandere Simulator en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora