Prólogo

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Felicidad.

Eso es algo con muchos significados.

Eso también es algo que ninguno de los personajes conocía.

En esta historia verás que todos los personajes son unos hijos de puta, oh claro, pero no lo son porque quieran, es por el simple hecho de que cada cosa, palabra y acción que alguien hizo en el pasado afectó sus personalidades de esta forma, terminaron eligiendo llevar de esa forma su vida. Parecido al efecto mariposa, pero no lo arreglas de forma simple.

Iniciemos con los personajes:

Harry Styles es un chico que a una temprana edad tiene que hacerse cargo de los gastos en casa, su madre murió y dejó al chico junto a su hermana menor, tiempo después de la muerte de su madre descubre que la señora debía pagar una gran cantidad de dinero, termina siendo obligado a la prostitución para pagar aquel dinero que fue gastado en drogas.

Louis Tomlinson es un hombre con demasiado dinero, egoísta, hipócrita, idiota. El no era así, cambió por su primer y quizá último amor; sus padres saben sobre todo en lo que está metido su hijo: drogas, mafia, secuestros... No pueden intervenir, su hijo ya es mayor de edad. Louis siempre está en prostíbulos, casinos, bares y fiestas, tiene tratos con la mafia y ha ayudado a secuestrar a más de una persona. Es abiertamente gay y aún así ha demostrado que ser gay nunca será sinónimo de ser débil, lamentablemente es para mal.

Vidas totalmente diferentes, con una manera de vivir que quizá únicamente ellos podrían soportar. Son dos personas sin amor, sin protección, dos desconocidos que no saben el significado de respeto, ya sea a los demás o a uno propio. Un chico obsesivo y ambicioso y el contrario con demasiados secretos que ni el ha descubierto. Un chico implicado en gastos, pagos y prostitución, mientras el contrario está implicado en muertes, mafias, dinero y gustos eróticos peculiares.

Estar atado el uno al otro no era algo planeado, tampoco era planeado el cruzar miradas, todo simplemente fue algo tan enfermizo y jodido que ni siquiera ellos podrían describirlo.

Y ahí estábamos. Una vez más frente aquél enfermizo y asqueroso lugar, se podía leer un enorme letrero rosado con la palabra "Heroine", sé que prometí no visitar de nuevo, no lo hice por aquél falso amor que tuvimos, sino porque el lugar en algún momento me comenzó a resultar denigrante, sucio, asqueroso, y quizá de cierta forma por él también, quería cumplir mi promesa aún cuando él no, extraño viniendo de mí, pero así es, prometió no dejarme, me dejó, así que yo vine acá para romper mi promesa también.

Entré sin cuidado alguno, miré a mi viejo amigo, el dueño de este asqueroso lugar.

-¿Vienes por otro? -noté la burla en su comentario, el muy cabrón sabía lo que pasó y viene con sus jodidas idioteces- No esperé que esa zorra te aburriera tan rápido

-Ugh, joder, cállate, solo he visto a una zorra en este lugar, eres tú.

-Vaya, Louis mostrándose irritado por insultos hacia otra persona que no es él, creo que pediré un deseo, no hay oportunidades así todos los días -volvió a reír- ¿Y bien? ¿A quién quieres cagarle la vida comprándolo ahora?

-Puta madre, no le cagué nada, cállate imbécil.

-Sí, sí, por eso ocurrió todo.

-No sabes lo que se siente ser atado por algo emocional, eres una basura insensible -solté con odio

-No te quedas atrás, eras así antes.

-Ya no quiero más culpas.

-La vida entera que tienes es la definición de culpa.

-Cállate, Zayn.

-Oh cierto, ¿interrumpo tu momento reflexivo de película?

-Sí, eso haces. Así que iré al grano antes de que cagues más el momento, lo siento, prometí guardar tu secreto, pero no hay promesas reales en mi vida y si realmente quiero estar junto a él debía eliminar todas las culpas de mi vida. - sonreí al oír la puerta ser derribada.

-¿Qué demonios...?

-Adiós, amigo, quizá también puedas estar al lado de esa persona ahora.

Salí de allí, caminando a cualquier lugar, no quería pensar en donde. "¿A dónde vas, papi?" oí la voz que me atormentaba día y noche, hasta ahora nunca había podido contestar a esa pregunta.

-A tú lado, cariño. Recuerda que nosotros estaremos por siempre destinados... Estamos atados.

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