Me desperté de un sobresalto. Me senté sobre la cama tratando de recordar la horrible pesadilla. Lo primero que hice fue ver la hora.
-Las 4 a.m. -maldije por lo bajo.
Mi habitación estaba obscura, solo veía sombras. Me paré de la cama y fuí a la cocina por un vaso con agua.
Mientras caminaba por el pasillo trataba de recordar fragmentos de mi sueño. Una calle, lluvia, muertes...maldición...no recuerdo nada más.
Me senté en un taburete y me tomé el agua de un solo trago. Cuando iba nuevamente a mi habitación para tratar de dormir un poco, golpearon la puerta. Fueron tres golpes secos que me asustaron y me sacaron de mis pensamientos. Caminé hacia la puerta lentamente, cuando llegué a ella me apoyé sobre la fría madera y pregunté con la voz mas segura que pude sacar en ese momento.
-¿Quién es? -pregunté
No hubo respuesta, ni siquiera un sonido de respiración... un silencio sepulcral. Me atreví a abrir la puerta lentamente, miré el desierto pasillo de un lado a otro. No había nadie. Solo estaban las mismas puertas de siempre, cerradas, con sus habitantes de seguro dormidos plácidamente...como debería estarlo yo.
Cuándo me dispuse a cerrar la puerta sentí que algo rozaba mis piernas. Ahogando un grito miré hacia abajo y vi a ese animal, al que odio por sobre todas las cosas.
El gato me miró con desdén y entró al departamento como si fuera el dueño de todo.
-¡Hey asqueroso! -le dije -esta no es tu casa, vete. Simplemente me ignoró. Se subió al sofá, ronroneó y se quedó allí sentado como una estatua mirándome.
Me dí por vencido con el gato, tenía sueño y debía levantarme temprano para ir a trabajar. Cuando por fin iba a cerrar la puerta, el salvaje animal se volvió loco y comenzó a maullar como demente.
Me fuí directamente al sofá, tomé al gato del pescuezo y lo lancé por la puerta.
-Y no vuelvas -le dije, -no eres bienvenido. Y por si no te quedó claro, odio a los gatos apestosos y feos como tú. Por un momento sentí que el loco era yo por hablarle a un gato.
El naranjo animal se sentó sobre un montón de papeles que estaban esparcidos por el suelo. Tomé al gato con asco y lo moví de su sitio. Levanté las hojas, que resultaron ser el periódico del día, las enrrollé y amenacé por última vez al gato.
-Ya te dije gato, no quiero verte otra vez por acá.
Cabreado, cerré la puerta con demasiada fuerza, dejé el periódico sobre la mesa de la cocina y me dirigí directamente a mi habitación.
Dos horas más tarde, desperté con el sonido de la alarma. Me levanté de la cama y automáticamente caminé hacia el baño.
Mientras el agua se calentaba, me mire en el espejo que estaba colgado sobre el mueble para las toallas.
-Simplemente irresistible -me dije, -sobre todo por las ojeras que adornan tu palido rostro.
Me desvestí y me dí una larga ducha con agua caliente.
Me apoyé en la encimera de la cocina, con una taza de exquisito cafe negro muy cargado en una mano y en la otra, el periódico que encontré anoche.
El titular me llamó la atención, decía lo siguiente:
"Incendio en el centro de la cuidad. Local nocturno DARWIN sufre terrible incendio, 4 víctimas fatales fue el resultado del siniestro que comenzó a las 10 de la noche. Las causas aún no están claras y siguen las investigaciones. Las autoridades barajan la posibilidad de que el siniestro fuera provocado intencionalmente, ya que se encontraron acelerantes cerca del lugar. Las víctimas fueron golpeadas y encerradas en una oficina antes del incendio."
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Destino
Science Fiction¿Qué harías si supieras lo que va a pasar mañana? ¿Tratarías de ayudar? ¿Obtendrías beneficios solo para tí?