Waiting

190 16 3
                                    


¿Desde cuándo la sensación que llegaba a sus ojos cerrados era tan molesta? ¿Luz...? Sí, así era como se llamaba y lo primero que percibieron sus oídos en conjunto fue algo simple, al igual que frío, tanto como el clima del exterior de esas cuatro blancas e ingratas paredes. El silencio era lo único que parecía acompañarle.

¿Qué hacía en ese cuarto? ¿Dónde estaba? Habían objetos que conocía y a la vez las palabras no escapaban de sus labios. Tenía una laguna en su mente, una que parecía ahogarle por momentos y el pánico le invadió. Algo le decía que no girara, mas a lo que menos atinó fue a ello. Giró y pudo ver como en una camilla (sí, eso lo recordó) estaba siendo ocupada por un chico joven, sin embargo algo le impedía ver su rostro o por lo menos no podía decodificarlo, no existía memoria que sirviera para tal propósito. Pero fue entonces como algo nuevo lo retuvo y no permitió que diera un paso nuevo, no por lo menos por unos minutos. ¿De qué se trataba? Escuchaba una voz a lo lejos, una muy armoniosa y que juraba haberla escuchado antes con mayor claridad, una tan clara como su entusiasta pecho reclamando por más. Su cuerpo le pedía que fuera detrás de la misma y descubriera lo que la vida le estaba brindando, la sorpresa que le esperaba, el momento crucial que anhelaba.

¿Era todo muy descabellado, no? Sin embargo en su mundo ahora nada tenía sentido, menos cuando lo único que podía retener era un mero canto, ese que resultaba más verdadero a medida que paseaba por los pasillos del hospital. ¿Le resultó difícil deducir el lugar? No, menos cuando enlazaba uno que otro ingrediente del mismo y lo demás era obvio, tanto como que lograba ver las palmas de sus manos si se lo proponía, tan alejado como un simple pensamiento: ¿Qué hacía allí?

Llegó a una puerta y lo primero que observó eran unas escaleras, al parecer debería de subir varias antes de lograr su cometido, algo que no fue un impedimento ante su inexistente cansancio y prosiguió con rapidez, ¿qué haría si todo se esfumara y no lograra ver de quién se trataba? No quería perder esa oportunidad, su interior no lo deseaba.


"¿Cómo es que me he enamorado de ti?"


La voz se hacía más nítida y de esa forma comprendió cada palabra, aunque estaba más que seguro que no conocía aquella canción, mas algo en su mente le decía lo contrario. ¿Por qué tenía tal contradicción ahora? ¿Por qué la melodía sonaba tan triste?


"¿Cómo esto puede doler mucho?

Nunca antes había querido tanto a alguien"


Llegó a la puerta que daba a la azotea y fue allí cuando el sol atacó de lleno sus ojos, esos que parecían haber perdido la costumbre ante tal suceso. Sin embargo, luego de unos minutos, pudo ver por fin a quién producía aquel canto: Un joven que estaba de espaldas a él, poseedor de un cabello castaño que se encontraba en el borde, apoyando las manos en la reja de protección mientras seguía en su actuación, esa que parecía dedicada la misma nada.

Si fuera por la voz que desprendía seguramente no hubiese dudado en irse al instante, ¿era normal que alguien cantara tan bien? La cabeza le dolía, algo que le extraño, sobre todo cuando instantes atrás no percibía nada. ¿Qué le pasaba? La necesidad de huir se hizo presente, pero si no fuera por un tropiezo hubiera cumplido su cometido.

–¿Hola? –escuchó sujetándose de la pared más cercana y deseó que el piso bajo sus pies se derrumbara–. Ya sabía que estabas allí de todos modos –eso lo confundió por completo, sobre todo cuando miro al otro muchacho y sonreía tan deslumbrante que juraba que le ganaba a la ceguera que le produjo el sol.

{SeBaek} WaitingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora