—¿Estás bien?—preguntó ella mientras se acercaba a JaeBum, quien de inmediato se levantó, esquivándola por completo.
—Sí—el tono de su voz era frío, y ella no sabía el porqué.
—De acuerdo—dijo ella. Se dispuso a juntar sus cosas, tenía ganas de llorar, pues jamás había visto a JaeBum comportarse de esa manera.
—¿Qué haces?—preguntó él al ver que MiSoo empezaba a juntar todo, guardándolo lo más rápido posible. No contestó—. MiSoo, te estoy hablando.
—No te importa—respondió ella de mala gana mientras tomaba su bolsa.
JaeBum se interpuso en su camino, evitando que ella siguiera su trayectoria hacía la puerta. Estaba tan cansada de la actitud de él, últimamente se comportaba así, como un completo idiota. No sabía porqué, y ciertamente, estaba acabando con su relación.
—Claro que me importa, ¿a dónde vas?—la tomó de los brazos mientras le quitaba la bolsa.
—Déjame en paz—MiSoo lo empujó, tratando de zafarse de sus brazos, pero no lo logró, era mucho más fuerte que ella.
—No, no te voy a dejar en paz hasta que me digas a donde vas.
—¿De verdad?—preguntó ella mientras lo miraba a los ojos—Si tanto te importa porque no me dices lo que te pasa…
JaeBum la soltó de inmediato, simplemente la miró a los ojos, si no le decía ahora probablemente ella se iría para siempre. No podía permitir que ella se fuera, lo era todo para él, aunque su orgullo y sus celos lo estuvieran alejando.
—Yo… lo siento—dijo él mientras bajaba la mirada.
—Eso no basta, JaeBum, te conozco… por favor, ¿qué pasa?—ella acarició su mejilla, tratando de consolarlo.
—No es… nada—. MiSoo suspiró pesadamente, ya no podía hacer más, ya no. Besó su mejilla y tomó nuevamente su bolsa.
JaeBum se quedó ahí, parado, sin decir nada, limitándose a ver como ella partía. ¿Realmente se iría? Se preguntó él mientras veía como ella titubeaba por unos segundos, pero cuando tomó la perilla y salió de ahí dejándolo sólo, supo que había hecho mal.
Se dejó caer en el sofá, a pensar en todo lo mal que se había portado, pero ya no había marcha atrás, había sido un completo idiota y la había dejado ir, ella se había ido, y probablemente ya no volvería con él. No supo en qué momento se quedó dormido, cuando despertó, ya era tarde.
Su actitud no cambió en absoluto, por el contrario, se volvió más frío, más receloso. Su actitud le molestaba incluso a él mismo, y los demás miembros y amigos intentaban ayudarlo, peor él no cedía.
—¿Entonces?—Preguntó Mark mientras JaeBum miraba la mesa vacía—. Ella vendrá hoy, ¿sabes? Creo que Yugyeom le pidió ayuda con algo, podrías aprovechar…—Es que no puedo—subió su tono de voz mientras cerraba los puños.
—Estás dejando que los celos te manipulen, sabes que ella y él son amigos desde hace años, lo sabes, no sé porqué de un momento a otro ni si quiera yo puedo verla—le echó en cara la situación, JaeBum levantó la vista y lo miró fijamente—. Si realmente la quieres, vas a arreglar la situación, si no… deja que sea feliz.
— —
—Sí, creo que es todo—comentó MiSoo mientras se dejaba caer en la cama—. Tu cama es tan suave—dijo ella.
—No es mi cama—se apenó Yugyeom mientras terminaba de recoger las cosas.
—¿No? Bueno, es la primera vez que vengo… ¿quién duerme aquí?