La cita

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Narra la autora:

Mientras Jeremy se dirigía a buscar a Liz, nuestra protagonista estaba imaginándose las mil y una cosas que estarían pasando entre Jeremy y Liz, pero ya estando en la ducha se dispuso a tomarse un té después para tranquilizarse. Al rato de que Jeremy fuera a recoger a Liz ambos chicos se dispusieron a comenzar su camino al lugar donde sería la dichosa cita, nuestro protagonista ya se estaba aburriendo, ya que la chica no paraba de hablar, ya no soportaba su voz y lo único que quería es que esta cita llegará a su fin. Estuvieron paseando cerca de un lindo parque, por unos instantes hasta que decidieron sentarse en una de las bancas para poder hablar, ya que Liz quería conocerlo aún más.

-¿Y has viajado a otras partes?- preguntó Liz

-Si, a muchos lugares he ido- contesto Jeremy

-Te gustaría que pasáramos a una cafetería, para calentar el cuerpo porque ya esta haciendo algo de frió- dijo Liz

-Claro, además ya me estaba dando hambre- respondió Jeremy

El intentaba ser lo mas amable que podía con Liz al responderle, ya que no quería seguir estando más con ella siguieron caminando hasta llegar a la cafetería que era muy linda por cierto, al llegar ahí se les acerco una camarera.

-¿Qué se van a servir?- pregunto amablemente, mientras sostenía una libreta donde anotaba los pedidos

-Yo me serviré una taza de café con dos rosquillas del sabor chocolate- respondió Jeremy amablemente

-Y usted señorita, ¿qué se va a servir?- preguntó la camarera a Liz

- Una taza de té y un pastel de fresa- contestó Liz

Al saber ya la camarera las respuestas de ambos jóvenes, se dirigió a la cocina a dejar los pedidos. Mientras en otro lugar de París estaba una muchacha caminando por las calles de esta bella ciudad pensando sobre los sentimientos que hace poco tiempo estaban apareciendo en su corazón por alguien a quién apenas conocía mientras seguía su camino llego a un parque muy bonito donde prefirió sentarse para pensar y poder admirar la belleza del parque.

Narra Jazmín:

Mientras me senté a admirar el parque y poder pensar en calma para aclarar mis sentimientos, sentí como una mano se posaba en mi hombro, de tal susto que sentí me volteé rápidamente y me encontré con quién menos esperaba después de que se me pasara el susto, nos saludamos y este se sentó junto a mi para hacerme compañía, lo que para mi no fue de mi agrado, pero me serviría para olvidarme de mis pensamientos.

-Hola Daniel, ¿qué tal tu día?- pregunté.

-Hola, todo bien bueno mejor de lo que esperaba- contestó.

-¿Enserio?, ¿por qué tan bien?- volví a preguntar.

-Es que me encontré contigo, y bueno aquello me alegro el día- se dispuso a decir, mientras disimuladamente tomaba mi mano.

-Ah, eres muy amable conmigo, pero no puedo corresponderte yo no te veo de esa manera- dije siendo lo más sincera con él mientras apartaba su mano de la mía.

-Bueno, pero eso no importa quizás algún día puedas verme de esa manera, ¿qué tal si mejor comenzamos siendo amigos?- me preguntó con algo de ilusión en su mirada.

-Claro, pero no quiero que te hagas falsas ilusiones con esto de que seamos amigos- respondí mientras me levantaba para volver a mi casa.

-¿A dónde vas?- me preguntó un poco desanimado por mi respuesta.

-Me voy a casa- conteste dándole una sonrisa.

-¿Qué tal si mejor me acompañas a comer un helado?, claro si tu quieres- me preguntó tímidamente.

Un Gran Amor ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora