Bonnie
Jinki acomodó sus redondas gafas sin alzar la mirada de su escritorio en el salón del comité estudiantil cuando escuchó la puerta deslizarse detrás de sí, ese ligero sonido a bajos tacones sabía perfectamente a quién pertenecían.
-Buenos días oppa~-Ante la grave y dulce voz, giró sobre sus talones para observar a la chica de castaño cabello algo largo que hoy llevaba amarrado en una "fashionistamente descuidada" trenza.-El profesor Jung me ha entregado estos reportes para ti...-
-Buenos días Bonnie~, muchas gracias.-Le dedicó una dulce sonrisa a la muchacha de felina mirada y a propósito rozó apenas sus delicadas manos con las propias. Adoraba las tiernas reacciones de la contraria que ahora se encontraba ligeramente sonrojada.-Si me esperas un momento, archivaré estos papeles y regresamos juntos al salón...-
-E...Está bien oppa.-La tímida sonrisa de la chica le hizo reír ligeramente al terminar con su trabajo como presidente estudiantil por esa mañana y luego escoltó a la menor hacia el salón de clases que compartían.
Prácticamente todo el instituto sabía del amor platónico que Gwiboon poseía por él, al igual que unas cuantas más debido a ser el popular estudiante prodigio, con buen entorno académico, deportivo y económico; pero la diferencia con la castaña era que se conocían desde pequeños y sabía que su cercana amiga le quería a pesar de sus defectos y virtudes; conociendo el verdadero Jinki que pocos realmente presenciaban. Mientras pensaba en aquello, tomaba nota en aquella clase de matemáticas hasta que el profesor volteó a agregar algo nuevo en la pizarra y aprovechó para buscar entre sus compañeros sentados detrás la mirada de su amiga que le dedicó una dulce sonrisa antes de verle desafiante sin poder evitar una risita cuando le señaló hacia delante de la clase con su bolígrafo rosado para que prestara atención; y Jinki con ligeros pucheros decorando sus gruesos labios obedeció para prestar atención.
Si los sentimientos de Bonnie eran correspondidos por él ¿por qué no estaban juntos? La respuesta era muy sencilla: tiempo. Además de que deseaba proteger a la menor de sus "fanáticas" dentro del instituto que bastante mal le hacían pasar a veces a Gwiboon simplemente por ser su amiga cercana... Aunque la castaña tenía el carácter fuerte y podía defenderse sola él siempre intentaba estar presente cuando algo malo sucedía. Además, la contraria era bastante popular entre los muchachos de la academia no sólo por su belleza externa, sino también por sus grandes talentos de actuación y baile; era una de las estrellas de las comedias musicales del colegio después de todo.
Cuando el receso comenzó, los delegados de diferentes salones irrumpieron en su curso para llamarle debido a una reunión que debían adelantar, por lo que Jinki decidió atender a sus tareas por el resto del día. Si no fuese por los entrenamientos de soccer y luego los torneos, tendría muy poca vida social fuera del grupo de los profesores y mejores estudiantes.
Cuando llegó el momento de volver a casa, sabía que el grupo de teatro aún tenía media hora de ensayo por lo que se dirigió al salón principal con el escenario, sentándose en la parte trasera de las butacas mientras observaba curioso a todo el grupo llevar a cabo alguna obra que tendría ese año el instituto. Cuando la profesora dio la clase por terminada, se acercó hasta ellos para saludar específicamente a Gwiboon, aunque en realidad utilizó de excusa que buscaba a su hermano menor Taemin para volver a casa.
-Hyung~ iré por unas cosas a mi casillero, espérame aquí.-El menor sabía perfectamente cuál era su verdadera razón para estar allí, por lo que el rubio le dedicó una traviesa sonrisa antes de retirarse del anfiteatro, no sin antes pasar por al lado de Bonnie y susurrarle algo que, claramente indicaba su presencia, ya que segundos después algo avergonzada la castaña se acercó a él.
