STAY WITH US || SCALLISON x STYDIA [PAUSADA]

CAPÍTULO III: POV ALLISON.

#MOONDAY

BECAUSE I LOVE YOU

El profesor se retira y me levanto, apresurada, del asiento. Stiles, Lydia y Scott no han entrado a la clase y me siento culpable por eso.

Anoche, al llegar a casa, mamá me obligo a cenar junto a la familia Raeken y cuando se fueron me pidió que "ayudara a que Daniel y Theo se sintieran bien en Beacon Hills". Eso incluía no mencionar a mi "problemático" novio. Traté de discutirle, pero ella dijo que si no lo hacía a su manera, llamaría al abuelo Argent y le confesaría que su única nieta estaba saliendo con el chico menos apropiado. Sé muy bien en que acabaría eso: Nosotros mudándonos a otra ciudad.

Había sido así siempre. Cada vez que veía algo en mí que no le gustase, alguna acción que hiciera en contra de la monotonía en la que vivíamos, ella intentaba controlarlo. Y si no podía lograrlo, se le ocurría otra excusa para irnos de la ciudad. Es por eso que, en menos de diez años habíamos vivido en seis ciudades diferentes.

Odiaba los chantajes. Odiaba no poder tomar mis propias decisiones. Odiaba, sobre todo, hacerle daño a Scott por las tonterías de mi madre.

Pero eso, ya no iba a seguir.

Al ver el dolor en los ojos de mi novio, supe que el único afectado con todo esto, sería él. No podía permitirlo. Esta farsa acabaría hoy mismo y en seis meses más, al cumplir los dieciocho, me independizaría.

— ¿Y ahora a dónde vamos? —Me pregunta Daniel, con esa sonrisa de lado, que ha descontrolado las hormonas de algunas estudiantes.

—Tenemos gimnasia, ¿no sabes leer, hermanito? —Lo fastidia, divertido, Theo.

Antes de que los gemelos empiecen a discutir de nuevo, como en esta mañana, les indico que salgamos del aula. Mientras caminamos, busco entre las personas a mis amigos, pero no los veo por ninguna parte. Y Daniel cada vez me hace sentir más incómoda, tratando de pasar de coger mi mano o de pasar la suya por mi cintura.

Un pasillo antes de los vestidores, me detengo. Le indico a Theo por donde ir y jalo a Daniel del brazo hacia un lado del camino.

—Daniel, ¿puedes dejar de actuar de esta manera?

Él me mira confundido, o eso parece, hasta que me muestra esa sonrisa de autosuficiencia. Y sé que es consciente de lo nerviosa e incómoda que me pone.

—Vamos, Allie, me gustas desde que teníamos cinco años. Jugábamos a ser novios, ¿recuerdas?

—No, no lo recuerdo. Han pasado más de diez años, Daniel.

—Eso me dolió... —Se lleva una mano al pecho, fingiendo sentirse indignado—. Te complicas sola, no le veo nada malo a tomar tu mano.

—Los amigos no hacen eso.

— ¿Qué hay de la pelirroja y el chico de nombre extraño?

—Lydia no es pelirroja —dice Stiles, detrás de Daniel—, su cabello es rubio fresa. Y mi nombre no es extraño.

Daniel voltea sorprendido y se encuentra con Stiles y Lydia sonriendo inocentemente. Lo más seguro es que hayan escuchado toda la conversación.

— ¿Qué decías sobre nosotros? —Pregunta Lydia.

—Nada importante. Daniel, luego seguimos hablando —intervengo—. ¿Ya sabes cuál puerta es, verdad?