Cap. 1. Un Árbol de cerezos

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-Bastian ! Tenés que ir a la escuela, ya levántate.
La voz ronca de mi padre resonó en mis pensamientos aturdiendo cada uno de mis 5 sentidos.
-¿Que hora es?. - arrastro mis palabras.
-Las 6:00 a.m .-No lo puedo creer ¿quien se levanta a esta hora para ir al High School?
-Es muy temprano.
-Esto no es Estados Unidos, así que levántate, es tu primer día en la E.N.E.T, acostúmbrate acá en La Argentina se madruga.
Lo veo alejarse por la puerta de mi habitación. Me volteo y miro el techo, y pensar que hace dos días era ciudadano Americano y hoy me levanto a las 6:00 a.m para transitar las calles De Buenos Aires-Capital. Se podía sentir el olor del desayuno en la misma planta, ese olor a miel y pan tostados, y el café con leche.
- Basti, ya baja de una vez vas a llegar tarde.
Los gritos de mi padre retumba en toda la casa. Era abrumador el mareo al ponerse de pie, me gusta tanto dormír que hasta lo hago con pasión.
Raúl se encargó de abrir la ventana y dejar el se supone creo yo que es un uniforme.
Párese el enterizo de un mecánico y la remera con el logo de la escuela.
No hago ezfuerso al desvestirme ya que estoy en ropa interior, se desliza por mi delgado y marcado cuerpo el entero de color gris azulado, la remera se estanca entre mis omóplato al parecer es un poco chica, no me cierro el traje de mecánico me párese un tanto exagerado así que lo ato a mi cintura.
En el espejo puedo ver mi reflejo, me veía raro, pero atractivo, no soy vanidoso pero tampoco diré que soy feo, aveces hay que tener un autoestima alto.
Tomo mi mochila y mi iPhone. Me siento como en un crucero, no hago mas que cruzar puertas, las casas aquí son diferentes, no tienen escaleras son de una planta.
Me senté en la silla para desayunar y veo que mi papá me hace levantar de nuevo.
-¿que haces? Hay que irnos.
-Pero aun no desayune.
-Te jodes. Vamos.
Salgo tras el, mirando hacia la mesa.
Los auriculares hacen que mi viaje dure menos. Resonaba en mi ser las notas del violín, no me gusta las palabras unida a las notas, solo la sinfonía, el violín hablaba por si solo junto al Cello y el Bass tocando en un cover Rolling in the deep de Adele. De aquí podía ver el Obelisco, es mas grande de lo que pensé, y de un blanco intenso, como el vestido de una Novia sin detalles extras claro.
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La escuela paresia bastante grande un tono Rojizo pintaba la pared de cemento que marcaba la entrada y su Matricula "Escuela Nacional de Educación Técnica " ¿Técnica? La verdad que es bastante raro el nombre.
-Bien, hijo. Cuídate, avísame si quieres que pase por ti.
-Adios papá, Te quiero.
-Yo a ti, suerte.
En mis sentidos la música podía crear un mundo de sonidos, había cambiado de tema de una dulce melancolía romántica paso a Una potente electrónica... Dimitris Vegas.... Suspiro exasperante.
Suena mi celular y atiendo en la puerta tapando el espacio del portón. Los alumnos chocaban contra mi.
-what? Dad!!
-Tu Aula es la A-4 6 año "B".
-Ok, Thank You.
Avanzo entre el colapso de gente, las escuela por fuera parece grande pero es bastante reducida por dentro. A mi izquierda se distinguía un pasillo que al final daba a una puerta, sobre el marco de la misma estaban inscrita en un cartel con las letras de la palabra "Secretaría " sigo a hacia el pasillo y golpeó 3 veces.
-Adelante. - La voz de un hombre, bastante afeminada, me invita abrir la puerta que tenia delante mio. Era de un color Rojo Bermellón, de madera agrietada.
-Buenos días ¿en que puedo ayudarte?.- Un hombre de escasa altura con un cabello largo hasta los hombros, vestido de una manera coqueta, se levanta al resivirme. - pasa cariño, no te quedes en la puerta, siéntate.
Mire hacia un costado había una puerta con un cartel que dictaba "Psicologo", volteé el rostro hacia el lado contrario, mi izquierda y se allaba otra puerta pero esta decía "Psicopedagógico". El hombre me miraba esperando a que hable.
-Mi nombre es Bastian Claver, soy su nuevo alumno, buscaba el Aula A4 y no me fue bien en la búsqueda, eso es lo que me trajo hasta aquí.
-Mmm si ya veo, eres el Norte Americano.- sus labios se convierten en una línea fina y seria.
Podía ver el desprecio en sus ojos.
Sus labios dibujaron palabras exaltadas:
-Debes subir las escaleras, tu Aula se encuentra en un pasillo superior, ahí se encuentran los 3 últimos Años de secundaria. Y no te preocupes hoy empieza el año lectivo, has venido en el momento justo, no te atrasaras en ninguna materia. Bienvenido a la secundaria o como le dicen en tu País "High School ", el timbre esta por tocar. Ya vete.
Me despido con un asentimiento y sigo mi camino. Llegue salvo y sano a mi salón de clases, según me había contado mi papá aquí todo es diferente y baya que tenia razón, los pupitres eran de a dos, entre a mi curso y un grupo de tres chicas me saludaron.
-Buen día. - dijeron al unísono.
Yo solo las mire y hice un gesto con la mano en forma de saludo seguí mi camino y tome el ultimo asiento que estaba vacío en la última mesa de atrás del lado de la pared, las filas de las "Duomesas" eran 3 a modo vertical separada una fila de la otra, en la primer fila aparecía una ilera de 12 mesas junto a dos ventanales de vidrios que daban la vista al pasillo, en la segunda fila en el medio del espacio cuadrado también habían 12 mesas y en la fila en donde me encontraba yo solo habían 10 la puerta estaba a un costa en la parte de atrás de la primer fila. Hacia un poco de frío allí dentro, pues en el salón había un aire acondicionado. Seguro era el privilegio de ser el último año.
Pongo mi mochila sobre la silla y me siento, recuesto mis codos sobre la sucia mesa llena de nombres y grafitis hechos con un lapicero, mis manos entrelazadas alconchonaban mi pera.
Me puse a observa el ambiente en el cual me encontraba, era bastante agradable, éxepto por el grupo de chicos que acababa de entrar, desaliniados y con pelota en mano, de esas que se usan para jugar al Balón pie. Se posisionaron frente a la pizarra sobre el escritorio vacío de la profesora me parecía raro que no estuviera dentro la profesora, la escuela no poseía casilleros. Era un tanto incomodo ver como se pasaban la pelota, habían 3 chicos, uno alto de 1,80 aproximadamente, morocho de ojos marrones claro, pero no tanto, luego un pelirrojo que de seguro no llegaba a un 1,60, ojos color miel, y por último nuestro querido "Danger Man" con un look amenazante y echo todo un buen mozo que acapara la atención de las chicas, ojos celeste, estatura promedio de 1,75, rubio de piel claro con acento vulgar.
El Danger man me mira con recelo y me grita desde donde esta.
-Ey!! ¿Juegas a pasaditas con nosotros?. - eleva la pelota con su pie y la patea en mi dirección, a pesar de la velocidad en la cual venia para estrellarse contra mi cara la atrapó con las manos. Acto seguido me dirijo hacia el trío de Incomprendidos.
-Lo siento, yo no juego, no se hacerlo. - lo miro fijamente mientras le devuelvo la pelota.
-Vamos, cualquiera podría jugar, el fútbol se juega con el corazón no con los pies.
-Cualquier Idiota se daría cuenta que lo único que puedes hacer con el corazón es bombear sangre y sentir amor.
-Me chupa la pija eso boludo, entonces si es así, yo amo al fútbol.
-Pero no puedes jugar con el amor. - Una voz femenina irrumpe nuestro cambio de opiniones retumbando su dicha por todo el Aula. Me volteo para verla a tan solo metros de nosotros, en la parte detrás de nuestras mesas. Su cabello de color fucsia, resplandece cayendo como una cascada detrás de sus hombros, baja en estatura, con unos ojos color café muy intensos, como si sus ojos declaran una dicha compasión hacía estos 4 Idiotas, si me sentía un Idiota frente a semejante desafío. Ella parecía que nos estaba leyendo el alma con una sola mirada.
-Ya llego nuestro "Árbol de cereso".-el colorado se dirige hacia ella en tono burlón.
Se recuesta contra la pared apoyándose en una pierna mientras el borcego dejaba la huella de su pie en la pared.
-Y aquí están nuestro "Mosquetontos, el trío de mediocres".
-Callate, zorra asquerosa.- como pudo llamarla así a tan osada criatura. Es bastante diminuta, pero se ve amenazante con piercing en la nariz y su resplandeciente cabello creazy.
-Lo zorra se puede quitar, en cambio a ti no te crecerá el pene por insultarme, es mas se te reduce.
Sin más nada que decir la señorita frambuesa busca un asiento y veo que esta cruzando la línea, coloca su mochila junto a mi lugar, me acerco rápido a ella y le digo con desesperación.
-Wow Wow ¿What You doing?. - ella me mira a los ojos, esos ojos oscuros que de repente me lleno el estomago con solo mirar los míos. Olvide que no había desayunado, al parecer a mi estomago no le importaba comer en este momento.
-Pues, acomodandome eso es lo que estoy haciendo.
-Sisi, pero esta es mi mesa, mi lugar. - con el dedo índice golpeó el borde de la mesa, cuando amenazan mi espacio puedo volverme agresivo.
Ella se acerca a mi, mirándome mas fijo a los ojos que demostraban lo osada que es y lo peligrosa que podía ser.
-Esta es una escuela pública, nada que esté aquí dentro es tuyo o tiene un dueño. Como veras en las mesas viene dos lugares, hay dos sillas y no creo que tu trasero sea tan grande como acaparar estos dos lugares. - termina su explicación con una leve sonrisa.
Termina de acomodar sus cosas, suena la campana.
Y yo la veía irse junto al resto de la multitud, el salón quedo completamente vacío, era el silencio incómodo y yo. Me quedo ahí sin más nada que hacer, no entendía lo que hacían, se supone que debería iniciar la clase. Me siento tan perdido como un barrilete sin hilo en una tormenta, de esos con los que jugaba cuando era chiquito en la playa de Miami, sobre la cálida arena, extraño mi hogar.
-Psss.- alguien llama mi atención, una Joven mujer de piel pálida sonrojada por el falso rubor en sus mejillas, me dedica una sonrisa picarona.- tienes que bajar a formar, vamos.
La seguí sin decir nada, ella parecía ser parte del servicio escolar, no traía uniforme, lucia elegante y formal.
Bajamos juntos la escalera y la mayoría de las miradas se posan en mi.
-Formate aquí, detrás de ellos. - solo obedezco y me quedo ahí parado. Observo, no puedo hacer otra cosa que no sea observar, es todo tan diferente.
Una canción retumba desde el equipo de sonido y se expande por todo el lugar, es el imno Argentino. Me siento fuera de lugar. Como un sapo de otro pozo. Mas bien un ciudadano de otro país. La ceremonia concluye y las personas se expande dejando poco espacio entre los pasillos que nos llevan a las aulas, el patio de afuera es acogedor, los poco árboles decoran el lugar de una manera sofisticada, el sol inunda con su presencia sobre el cemento levantando calor en el frío cemento.
Busco con la mirada a "Señorita Frambuesa" y la puedo ver subir por el otro lado de escaleras, con su Camisa de grafa y el mismo par de pantalones. Su cabello opaca al de las otras chicas, tal vez no sea el más sedoso, el mas largo. Pero marcaba la diferencia entre único y repetido.
Viendo su alocado cabello la sigo, tratando de alcanzarla me tropiezo con una rubia alta, parecía una Barbie.
-Fijate por donde vas ameo .- ok. Simplemente ignoro eso y sigo con lo mio.
Cuando llegue al aula ella estaba sentada con un libro entre las manos.
Me acerqué y pedí permiso ella esta obstruyendo el paso de su asiento al mio.
-¿Como se siente?. -me sorprende con esa pregunta, la miro de reojo mientras me siento.
-¿El que?.- le pregunto encogiendome de hombros.
-De un momento ser parte de algo y de otros ya no pertenecer a ese lugar.- ahora entiendo a que se refiere ¿Como puede saber que no soy de acá?
-Se siente, diferente.- le dedico una sonrisa.
-Es diferente.- me mira con una media sonrisa, resaltando las curvas en su rostro.
Tiene razón.
-Buen día.- una delicada voz irrumpe entre las conversaciones del curso, provocando un silencio.
-¿como estuvieron las Vacaciones?.- era la misma señorita que me llamo la atención.
Los alumnos respondieron con la palabra "Bien" otros se hacían los payasos dedicando a lagos a la mujer que tenían enfrente.
Nos tomo asistencia, y dijo que la profesora de química no vino, pero dejo unas ordenes para nosotros.
-Aqui siempre es así, los primeros días de clases nos inunda el paro docente.- trato de comprender lo que me dice. Ella continua.- siempre hay un lucha entre Los maestros y el gobierno, según los maestros no les pagan bien, trabajan en malas condiciones y a los Maestros de secundaria las Hora cátedras cobran muy nimias.
-¿A que te refieres con "Nimia"?.- ella me mira alzando las cejas.
-Me refiero que le pagan al mínimo, las horas cátedras son las horas de clases de secundaria, una Hora cátedra equivale a 40 minutos.

Un café por las mañanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora