Por favor…¡basta! Déjenme tranquilo. ¡Cállense! Sus voces no me dejan pensar. ¡Déjense de sonreír! Sus sonrisas me hacen dudar.
Ahí estaba el, nuevamente pidiendo imposibles, sabía que las voces nunca se callarían, que esto nunca terminaría, que las sonrisas maléficas seguirían allí, con él. Era simplemente estúpido pedir algo así, sin embargo el siempre lo hacía, cada día. Con la fe de que estas lo escucharían y podrían de una buena vez dejarlo respirar en paz. Sin embargo; después de 4 años de suplica y amargura, se dio cuenta de que esto sería para siempre. Que no tenía un final, mas si un comienzo.
Desde que ese hombre abuso sexualmente de él para después decirle lo desagradable, horrible y estúpido que era por el simple hecho de respirar. Ese hombre había roto cualquier ápice de autoestima que el alguna vez pudo haber tenido, ese hombre rompió el hilo que separa la realidad de la locura, ese hombre sustituyo cualquier pensamiento coherente que el tenia, ese hombre derribo el puente que el mismo había construido hacia su futuro, ese hombre destrozo y pisoteo la confianza que alguna vez el tubo, ese hombre fue alguna vez su padre.
Sabía que era estúpido echarse la culpa, pero era inevitable, el debió haberse dado cuenta de cómo su padre lo miraba, de cómo ponía su mano sobre su rodilla y la apretaba cariñosamente para después con sus dedos rozar el muslo, debió ver como su padre lo mirada cuando se bañaba con ellos en la piscina, debió ver como se ponía su padre después de unas tantas copas; pero el ignoro todo eso, lo ignoro y un día, como cualquier otro, ayudo a su padre a subir la escalera, ya que su madre estaba en otro país por trabajo, no podía dejarlo tirado en la sofá ¿cierto?. Aunque si él pudiera volver el tiempo, ni siquiera se abría dignado a abrirle la puerta. Esa noche, entre esas murallas, entre gritos desgarradores de su parte y golpizas de parte de su padre, el, el termino violado.
Su madre nunca le creyó, se alejo de él, se alejo de su amado y único hijo porque este mismo lo alejaba del amor de su vida. Ella estaba ciega, ciega de amor, por mas cliché que este podría sonar, el amor ciega; y mata.
Después de 2 años de dolor mortífero y asfixiante; el decidió terminar su agonía.
¿para qué seguir? ¿para que luchar? ¿para qué? él no era valiente y las luchas lo ganan los valientes, cada persona tiene su lucha interior, algunos ganan, otros pierden y otros -como el- la abandonan porque el dolor de una de sus heridas de guerra es tan insoportable que hace parecer a la muerte su único alivio. pero que más da.
a veces lo que más luchan son los que tienen más cosas que perder.
pero... ¿y él? él no tenía a nadie, su familia se alejo de el furiosos por la estúpida “mentira”¿amigos? Pffff, si estuviera en mejores condiciones se reiría a carcajada abierta. ¿qué clase de persona seria capaz de ser amigo de un chico con problemas psicológicos y mas encima pobre? probablemente, tu, que estás leyendo su historia, con tu corazón blando, sensible y conmovido; dirías con orgullo "¡yo lo seria!" pero vamos, seamos honestos ¿realmente te acercarías a alguien con mal olor por no bañarse diario, hablándole a la nada misma y mas encima maldiciendo a toda su familia? ¡vamos! ¡ni en un millón de años te acercarías a ese engendro asqueroso! no te mientas, se sincera. la vida no es un cuento en donde tú eres perfecto. cualquiera tiene sus defectos. y los defectos de este chico lo llevaron a su propia perdición.
ese chico ahora se encontraba en su jardín ,el pasto reseco por la falta de agua junto con el árbol sin sus maravillosas hojas por el otoño, le daban un mensaje lúgubre y terrorífico a cualquier persona que entrara. aunque él sabía que nadie lo haría.
en sus manos tenía un celular, con los suficientes minutos recargados como para despedirse de su madre. de nadie más ¿ quién mas lo extrañaría? incluso estaba dudando de llamarla, pero era su madre, quiera o no. tenía que por lo menos coger su espada y luchar por unos segundos contra sus propios enemigos. Tenía que hacerlo. Murmuro las palabras que diría, las había escrito esa misma tarde, el no quería palabrería y llanto, además, podía apostar que su madre ni le contestaría.
En la casa de la señora madre se escucho el ruido infernal del teléfono, ella, como buena ama de casa, lo dejo sonar hasta que dejaran el mensaje y así ella no interrumpiría el batido de su puré de papas.
al momento del pitido la voz de su amado hijo la perturbo, dejando caer su bol, corrió hasta el teléfono y con ambas manos apoyadas sobre costosa mesa de madera, se dispuso a escuchar.
"ya no puedo luchar, ellos están ganando, mi espada es un grano de polvo junto a las suyas, la batalla está acabando y yo no soy el vencedor, cuando este en mi negrura eterna te querré como alguna vez de pequeño lo hice, no te desampares, siempre estaré a tu lado. mi batalla ya acabo, y esta vez para siempre".
la madre sintió su estomago arder; "no... es imposible" repetía ella en su mente, mientras buscaba su abrigo de piel, al encontrarlo se dispuso a por su auto y manejo como nunca lo había hecho. con miedo.
Y ahí estaba el, viendo de nuevo su celular, seguía teniendo minutos, pero la valentía se fue, dejándolo solo con una armadura... hecha de papel.miro hacia adelante, el columpio en donde el siempre jugaba, imaginando ser un astronauta que pronto llegaría a la luna. sonrió nostálgicamente y sus manos se cerraron en la gruesa cuerda amarrada correctamente como lo vio en internet. ¿sabías que allí dicen diversas cosas de como suicidarte? Y te las explican.
se levanto y con paso lento se dirigió al columpio, era unos centímetros más alto que el, pero esos centímetros eran los únicos y necesarios. enrollo la cuerda al poste superior, la probo viendo si soportaba su peso. y simplemente se meció, se meció como alguna vez lo hizo en su niñez; pero esta vez sin vida.
Su madre incluso antes de llegar a la casa de su hijo, supo que había tardado demasiado ¿cómo lo supo? instinto. instinto maternal, ese instinto que repetidas veces le decía que lo que estaba haciendo con su hijo estaba mal, pero ella lo ignoraba, ella no quería creer eso. porque al final de todo, nosotros vemos solo lo que queremos ver.
El día de su funeral fue poco común, el cementerio lleno de personas, personas que alguna vez lo quisieron o quieren. todas ellas juntas, ahogándose en la tormentosa culpa, por no haber ayudado, por no haber insistido, por haberlo ignorado, por haberle "dado su espacio" y al final alejándose por completo. el creía que estaba solo. ¿pero de verdad lo estaba? o ¿solo fueron juegos de sus "enemigos"? bueno; eso el nunca lo sabrá.