Capitulo 1

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Llegué a casa, mi cuerpo dolía a causa de los golpes y el cansancio se hacia notable con cada paso que daba. Cuando abrí la puerta unos gemidos inundaban toda la casa, "mi madre había llegado" es lo único que pensé antes de cerrar la puerta de nuevo y andar hasta un parque.

Me senté en un banco, mi nariz todavía sangraba y notaba como mi ojo se iba hinchando poco a poco, recosté mi cuerpo a lo largo del banco y cerré los mientras un leve suspiro escapaba entre mis labios...

***

Mi móvil me despertó, me levanté despacio, mi espalda estaba dolorida de las tablas del banco, mi cara se sentía hinchada a causa de los golpes recibidos ayer, debía ir al instituto y para eso tenía que ir a por mi mochila...

Abrí la puerta de casa, mi madre estaba desmayada en el sofá del salón, había un fajo de billetes encima de la mesa y cocaína en la mesa... "Perfecto" La arropé con una manta y me fui a mi habitación a por mi mochila, ya llegaba tarde así que simplemente cogí mi mochila y salí corriendo de casa.

Llegué al instituto justo a tiempo y entré a clase detrás del profesor, sabía que mi rostro no se debía ver bien, tenía un ojo morado y tan hinchado que apenas era capaz de ver a través de él, el labio partido y el pómulo izquierdo morado. Algunos fijaron su vista en mi cara, otros susurraban, sin importarme nada. Me senté al final de la clase y puse mis auriculares, sacaba nueves en todos los exámenes por lo que me podía permitir no hacer nada en clase.

-Señorita...- dijo el profesor desde su asiento

-Dígame- dije seria

-Me podría responder a la preguntar la pregunta- dijo esperando que le preguntara otra vez la pregunta que debía responder, pero yo había escuchado la pregunta y para su mala suerte me sabía la respuesta

-1492- dije seria, el profesor me miro retándome con la mirada

Dormí el resto de las hora hasta que llegó música, esta clase es la única en la que presto atención. La profe es maja y eso pero se preocupa demasiado... Y como no, no podía faltar la preguntíta...

-Vi, ¿que te ha pasado en la cara?- preguntó la profe desde su asiento haciendo que todos me miraran

-Nada- dije seria, me caía bien pero esto no era de su incumbencia

-¿Qué pasa, tu mami te pega?- dijo un chico al principio de la clase

-Erik...- dijo la profesora regalándolo pero antes de que terminara mi puño se había estrellado en su cara.

Era boxeadora y mi puñetazo fue certero, cayó redondo al suelo. Me asusté al ver que no se movía, pero al instante empezó a sangrar por la nariz y yo me relajé.
La profesora asustada me mandó a dirección mientras ella atendía al imbécil.

Después de esperar a que el director me recibiera, entre a su despacho.
-Alexisis, no puedes ir pegando a mis alumnos. Me veré obligado a sancionarte, espera fuera en lo que llamó a tu madre- mi madre no podía presentarse en el instituto, se pasaba la mitad del día drogada y la otra mitad borracha... Le quitarían mi custodia, y ella no podía vivir sola, no cobraba lo suficiente... No podían alejarme de ella... No podían...

-Mi madre... Ella no puede venir... Ella está... Está mala y no se encuentra bien...

-¿Pasa algo señorita?- dijo el director mirándome con una ceja alzada

-No, todo está perfecto
-Bueno, en ese caso esperemos fuera, voy a llamar a su casa...
-Pero mi madre...- dije desesperadamente
-Si madre entenderá la situación, señorita- dijo abriendo la puerta de su despacho

Espere un cuarto de hora hasta que el director se dignó a hablarme
-Sus padres estarán aquí en quince minutos- Espera, ¿que? Mis padres.... Yo solo conozco a mi madre, mi padre ni siquiera me conoce... ¿Cómo que mis padres...?

Después de un cuarto de hora llegó mi madre acompañada por Robert.
Robert era un hijo de puta, pero de los mejores. El fue el que metió a mi madre en el alcohol y las drogas. Por él mi vida y la de mi madre se fueron a pique.

Ellos entraron al despacho del director, sin apenas dedicarme una mirada.
Pasados treinta minutos el director salió acompañado de mi madre, Robert iba detrás suyo.
-Alexisis-me llamó mi madre desde la puerta del director
-Dime- dije seria, quería a mi madre, al fin y al cabo era mi madre, pero sus abusos constantes me hacían ser distante con ella.
-Debes pedirle perdón al chico que golpeaste- dijo Robert con voz grave
-Olvidenlo- dije rápidamente, no pensaba pedirle perdón a semejante cabrón
-Alexisis....- dijo mi madre
-Creo que ya he dicho bastante claro que no.- dije seria

Robert avanzó hacia mi, haciendo que yo diera un paso atrás por instinto

-Nadie te ha preguntado qué quieres niñata- dijo acercándose a mi, en sus ojos pude ver que estaba drogado

-Aléjate de mi...- dije en un susurro apenas audible
-¿Qué?- dijo acariciando mi brazo
-Por favor... No... No...- dije entrecortada por el miedo. Su mano seguía acariciando mi brazo de arriba a bajo y mis lágrimas caían a medida que el me hablaba y reclamaba cada vez más fuerte.
-Ahora mismo vas a ir a pedirle perdón a ese niño y si no ya sabes las consecuencias- dijo sonriendo de lado, haciendo que mi cuerpo temblase de miedo.
-Señor aléjese de ella- dijo el director haciendo que Robert tensara su mandíbula
-Es mi hija, ¿a caso usted sabe hacer mi labor mejor que yo?- dijo Robert si separa su mirada del director y apretando cada vez más fuerte mi brazo
-Tu no eres mi padre- dije en un susurro
-Por favor señor aléjese de la chica-repitió el director
-¿Tu quieres que me aleje de ella?- preguntó mirando a mi madre
-Ella debe aprender ser la lección- dijo secamente mi madre mirándome fría.
-Mama...-Solo pude susurrar eso antes de que la mano de Robert se estrellase en mi cara, tirándome al suelo y después todo se volvió negro...

















































Hija de una putaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora