Breakfast || Larry

Parte única.

Soñaba con un baile lento, tan lento que podía escuchar atentamente el desliz de sus ropas y el sonido de sus zapatos a medida que los movía perezosamente sobre el suelo pulido del salón. Sueña con un baile lento, de la forma a la que su novio le gustaba, lenta y suavemente, a veces haciendo payasadas y moviéndose bruscamente solo para hacerlo reír. Podía escuchar la profunda voz de Elvis Presley centellando el ambiente con el dulzor de las estrofas de I Can't Help Falling In Love With You, una de sus canciones favoritas en los últimos días. No. Él no la está escuchando como debería, él escucha su melodía favorita, aquella que no cambia por si escucha mil versiones diferentes, la que siempre suena dulce y delicada, aquella voz que tiene Louis y que le canta al oído con tranquilidad. Puede sentir su aliento golpear contra su hombro mientras giran y giran y la voz de Louis se repite, tararea, se desliza hasta la punta de sus pies y lo baña de paz.

Como en todo sueño, su visión se ve cortada por retazos importantes: la mano que envuelve su cintura, el brillo de un anillo recién sacado de su caja y ojos azules tan brillantes como luciérnagas en la oscuridad. A su alrededor, hay rostros brillando felices, emocionados y sonrientes, iluminados por pequeñas luces que cuelgan sobre sus cabezas y brillan centelleantes en la oscuridad brumosa de su mente.

Los ojos frente a él brillan cada vez que se mueven, azules color nube y una sonrisa rosada y tranquila. Harry está profundamente enamorado.

Louis acaricia un costado de su rostro con un dedo, rizando un mechón y siguiendo el movimiento con sus ojos a medida que suelta un puñado de risas brillantes, y luego sus labios se acercan hacia él y... suena su teléfono.

Harry muge contra su almohada muy atractivamente, tiene que decir, sus ojos brumosos a medida que los abre. La habitación es una mancha de sol de mañana, brillante y molesto contra sus ojos mientras gira sobre su cuerpo para acurrucarse lejos del insistente sonido.

"No, no, no, no, no, por favor." piensa, su boca llena de sábana y hundido en el mar de frazadas de invierno. Oh, él es muy feliz y aquel que corta su maravilloso sueño es un malnacido.

Bajo los retazos de sueño, Harry detecta la voz fuerte de Paul Simon chillando el estribillo de Diamons On The Soles Of Her Shoes, su mano naciendo de entre las mantas casi por inercia a medida que sus dedos se envuelven alrededor del móvil.

La pantalla lo saluda con una luz vibrante y cegadora, moviéndose sin parar y entre que son las 7:25 AM y él es un jodido perezoso, puede leer el identificador de llamadas a medida que pestañea frente a él: "Vídeo llamada entrante: El amor de mi vida, la luz de mis ojos, la polla en mi trasero: mi Louis"

Una sonrisa se extiende perezosamente sobre su rostro tenso a medida que piensa como su escurridizo novio se las ingenió para cambiar su nombre en el identificador porque, bien, él solía meterse en su teléfono desde que descubrió su torpe contraseña una tarde, descargando un trillón de aplicaciones nuevas que plagiaban su memoria interna ("Encuentra al borracho de tu cuadra", "Tatuajes en un instante (GPS)", "Kamasutra gay", "¡Descarga las mejores fotos de Louis Tomlinson! (One Direction App)", "Encuentra las llaves de tu auto con un click", "Detector de Mentiras", "Tiernos gatitos" y una cantidad masiva de pornografía), Harry las había borrado todas a espaldas de su novio menos a una que creía necesaria. Ciertamente los gatitos no lo eran, pero le había dolido tener que eliminarlos de su teléfono.

La última vez que Louis había descargado una aplicación en su teléfono era la de la contestación automática de LiveCalls, tomando como costumbre asustar a su novio siempre que no estaba haciendo nada importante o estaban alejados, llamándolo y manteniendo las luces apagadas para que, cuando él tomara su teléfono, soltar un fuerte grito con una sonrisa de maníaco, porque su novio era un idiota, también.