1. ¿Quien eres?

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Solía recostarme al anochecer en el césped de mi jardín, podía observar cómo cada estrella tenía un resplandor diferente al de la otras, en una palabra, único. Recordaba cada anochecer, cada día diferentes estrellas, diferente resplandor, era lo único que me hacía feliz, podía apreciar algo tan sencillo, pero tan precioso, me gustaría sentirme única, especial, amada.

Al levantarme siempre lo primero que miraba era como mi gato, Kalu dormía tan tranquilo, tan inocente.
-Hola Kalu ¿como amaneciste?- podría decir mientras acariciaba su vientre para despertarlo.

-¡Dios mío Regina!- exclamé a mi
misma -¿Por qué rayos mi alarma no sonó?- dije mientras me acomodaba para colocar mis pies en las sandalias.

Era el primer día de clases,la primera clase iniciaba a las 8:00 am, eran las 7:35.
Así fui al cuarto de baño para abrir la regadera mientras me despojaba de cada prenda que llevaba.
El baño fue rápido, salí y coloque un short color blanco y una camisa de "The 1975" negra, mi papá me la había regalado de cumpleaños, era mi favorita, me puse unos zapatos deportivos negros, rápidamente así  tome mi cabello y lo cepille rápidamente para llevarlo suelto y se secara solo, solo aplique un poco de polvo en mi cara, maquille mis cejas, un poco de rubor y mi labial favorito, era un color piel tirando a café.

-Buenos días papá, buenos días mamá - dije mientras bajaba las escaleras corriendo.

-Buenos días Regina.- dijo mi padre mientras observaba el periódico y seguido tomaba un trago de su café.

-¿No es tarde?- pregunto mi madre sin apartar la vista de su computador.

-¿Como amaneció usted señora Hawk?- dije mientras volteaba los ojos para ir directo a la sala de estar y tomar mi mochila.

-¿No irás en auto pequeña?- mencionó mi padre mientras sacaba las llaves de su bolsillo y las ponía al aire estirando su mano hacia mi. 

-¿Qué rayos pasa por tu mente Alfred? - alzó la voz mi madre.

-La princesa de la casa manejará mi auto, no el tuyo, así que no te preocupes Pam, ya tiene 17. - dijo mientras tocaba el hombro de mi madre.
 
Enseguida me acerqué y tome las llaves del auto de mi padre para avanzar a la puerta de la casa tomando con mi mano derecha la mochila sin despedirme.

Encendí el auto y puse una estación de radio de mi gusto. Avance a la escuela, ya era muy tarde. Estaba apunto de estacionarme cuando  un chico pasó por enfrente de el auto dándome un gran susto.

-¡MALDITO!- exclamé frunciendo el ceño. -¡ACASO NO VISTE QUE HABÍA UN AUTO?- gritaba mientras miraba al chico parado enfrente del auto con cara de confusión.

-Perdón, mi mejor amigo tiene el mismo auto y pensé que era el.- dijo mientras se acercaba a la ventana del conductor.

-No te preocupes- tartamudeé al ver su rostro, era algo lindo. -¿Nos hemos visto antes?- dijé mientras miraba sus ojos color oliva.

-No creo, soy nuevo aquí.- dijo mientras estiraba su mano hasta tocar mi cabello. -¿Qué le pasó a tu cabello?- Sonrió.

-Nada, Solo está húmedo y esponjado por qué se me hizo tarde.- dije mientras miraba como estaba posado en la ventana de mi lado del auto.

-¿Conoces a Nate?- pregunto apartándose del auto mientras sacaba su celular para mostrarme una foto.

-Sí, va en química conmigo.- sonreí levemente. -¿cuál es tu nombre?- dije mientras rascaba mi cabeza por la pena.

-Adam, Adam Clark. -me dedico una leve sonrisa. -¿Y tú?- preguntó.

-Regina Hawk, un gusto.- sonreí de oreja a oreja sin querer.

-¿Qué hora es?- preguntó mientras se agachaba a recoger algo que se le había caído.

Así voltee rápido al reloj del auto para poder observar la hora.
-8:30 am - dijé mientras fruncía el ceño por qué me di cuenta que se me había hecho tarde.

-Primer día y ya tarde Regina?- Río levemente.

-Sí, pero tú también llegaste tarde.- dije mientras sacaba mi mano por la ventana del auto para así tocar su hombro en forma de golpe amistoso.

-¿Qué te parece si tomamos un café y faltamos hoy? -dijo mientras sonreía de manera picara.

-Pues no traje dinero hoy, creo que no se podrá.- dije haciendo un gesto de decepción.

-¿Quien te dijo que tú pagarías?- río.

-Entonces sube.- reí mientras estiraba mi
mano hacia el para así apretar su mano en forma de trato.

Así pude estirarme del lado del copiloto intentando abrir la puerta para que el subiese. Entonces mientras subía podría apreciar como su cabello se movía de un lado a otro , era fan lacio que no necesitaba peinarse, se miraba muy bien, me había gustado su piel pálida, tenía algo que otro no tenía.

Cuando él subió avanzó el auto y tuvimos una larga charla sobre música en camino al lugar, teníamos gustos en común, era genial.
Entonces pude escuchar cómo sonaba mi celular, entonces frene el auto y conteste, era mi padre.

-Necesito que salgas de clase Regina, tú mamá está en el hospital.- colgó.

1/100 Razones Para Odiarte.Where stories live. Discover now