Capítulo 2

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Camila y Sofía iban en el coche patrulla con el Sheriff, el hombre se había ofrecido a llevarlas en el porque fue un gran amigo de su padre. A pesar de ser Sheriff, el hombre no lo aparentaba. Era de una estatura media, y bastante delgado. Tenía el pelo de color moreno igual que su bigote. La mayor manía que tenía eran sus pantalones, siempre los llevaba consigo. Estuviera de servicio o no. Poco más había que decir de él, excepto que una mancha de café siempre adornaba su camisa.

- ¿Y qué tal el pueblo chicas? - pregunto el moreno.

- Bastante tranquilo - dijo Camila

- Y muy bonito - continúo Sofí con una sonrisa entusiasta.

- En este pueblo hay gente muy normal y tranquila. Bueno.... Casi todos.

Camila alzo una ceja en señal de duda y un poco de preocupación. El Sheriff en cambio se dedicó a comenzar a vigilar el ambiente porque estaban dentro del instituto, y como siempre Jauregui y sus amigas estaban dando problemas.

El hombre bajo del vehículo y fue directo a ellas. Cuatro chicas estaban encima de una camioneta americana de color negro. Las jóvenes estaban admirando las vistas del Instituto. Veían entrar y salir a los profesores y a los alumnos, pero las jóvenes reían, como si todo aquello no fuera con ellas. Estaban pasándose un porro y hablando de sus ligues cuando el moreno decidió acercarse.

- Otra vez fumando porros chicas... ¿Una noche en el calabozo?

Todos rieron y se subieron a la camioneta en la estaban apoyadas.

- ¿De verdad quiere jugar al ratón y al gato sheriff?- Pregunto Keana

- Bajad ahora mismo- exigió el moreno perdiendo la paciencia.

- Parece que si- susurro la joven - Lucy enseñémosle a este hombre lo que es mandar a la mierda a la ley.

La otra chica arrancó el coche y piso el acelerador. El Sheriff, salió espantado hacia su coche patrulla, sacó a Camila y a Sofí del coche y se fue detrás de las jóvenes a toda velocidad.

Camila no tuvo tiempo de examinar a ninguna de las cuatro, puesto que tenía que ir a dirección para poder averiguar donde se encontraba su clase. Lo único de lo que pudo percatarse es que nadie se alarmó a cerca de la presencia de Sheriff o de la escenita que todo el instituto acaba de presenciar.

Sofí y ella preguntaron en recepción, una mujer se llevó a la pequeña para indicarle donde estaba su clase. Camila en cambio fue acompañada por una alumna. Era una joven, bastante pequeña, pero muy bonita. Su piel era de un tono tostado oscuro. Su pelo era rubio.

- Hola, me llamo Ally- dijo una pequeña morena.

- Encantada soy Camila - contestó mientras le extendía el brazo.

Durante el camino para llegar a clase las chicas hablaron acerca del instituto, de los compañeros y del profesorado. Al parecer las que más problemas causaban eran esas cuatro chicas, y a Camila parecían atraerle un tanto aquellas jóvenes.

La clase a la cual se dirigieron era la de Filosofía. Camila se sentó junto a Ally. Ninguna de las dos prestó mucha atención, puesto que era demasiado aburrida. Camila fijó su atención a cuatro asientos vacíos, todos ellos estaban juntos, supuso quiénes eran sus respectivas dueñas, pero prefirió no preguntar.

Las dos horas siguientes fueron igual de aburridas e insignificantes, Camila era una chica estudiosa pero prefería pasar el tiempo auto compadeciéndose a cerca de la muerte de sus padres. No podía quejarse de esta en casa de su abuela puesto que Sofí sufriría las consecuencias de sus berrinches, así que decidió ser fuerte. Pero en parte tampoco le afectaba demasiado la muerte de sus progenitores, les quería, pero nunca sintió que tuvieran una relación cercana o fuerte. Ambos pasaban más tiempo preocupándose del trabajo que de hacer compañía a sus hijas.

Huellas de Lauren | CamrenWhere stories live. Discover now