__Bueno... me sigues debiendo algo, querido mío__dijo ella rodeándole con una mirada perversa en sus verdes ojos.
Se movía con una lenta cadencia estudiada y sensual al igual que lo era el tono de su voz, una voz que apenas nadie era capaz de resistir.
__Cómo no saber lo que le debo si en cada latido de mi pecho sólo se repite que le estoy fallando al no encontrar los espacios que me permitan estar con vos, domina__dijo bajando la cabeza deseando que el mundo se abriera bajos pies para no tener que mirarla o sabía que sucumbiría una vez más.
Esa mujer, esa dama de alta alcurnia tenía poder sobre él y no sólo por ser su esclavo sino que se había ganado mucho más de él.
Pero ahora no era momento para bajar la guardia, ella quería jugar y él sabía exactamente a qué cómo y cuando debía dárselo.
__Pídemelo__dijo muy suavemente dejando caer las pestañas, el aliento de ambos entrelazándose, los labios apenas rozándose....
Tiro un poco más del collar que se cerraba entorno al cuello de él y deslizó las uñas por los fuertes y potentes músculos cincelados de su esclavo. Una fina patina de sudor cubría su curtida piel en mil batallas, bronceada, dura... siguió deslizando las yemas por el cuero del curtido guerrero hasta detenerlas en al linde del pantalón sin apartar los ojos de él y dio un paso atrás con el pulso latiendo con fuerza contra su pecho.
Los sonidos parecieron desvanecerse y solo podían escuchar su propia respiración, de pronto la distancia pareció un abismo y las ansias de sortearlo eran incontrolables ...
