La familia Tomlinson era una de las más apreciadas y destacados de la sociedad a fines del siglo XIX, Johannah Tomlinson, y su hijo Louis eran ampliamente conocidos en la sociedad capitalina por su buena posición económica.
Johannah, aunque llevaba una vida social demasiado demandante siempre había sabido velar por la impecable educación de su único hijo. Sim embargo la vida estaba apunto de enseñarle, que aún la mejor educación, es incapaz de llenar el vacío que deja una madre ausente.