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"¡Lee Jihoon! ¡Levántate de una vez!" – gritó mi madre ya cansada, ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? – "¡Llevo 20 minutos contados intentando levantarte ¿No tienes pena de ya ir tarde al colegio?!" - ¿Tarde? Estoy seguro de que ella está exagerando – "¡Ya son las...!"

Me desperté y miré a mí alrededor, la alarma dejaba escapar un horrible y agudo sonido. La apagué.

Me levanté de la cama con mal humor y suspiré algo pesado. Debía ir a trabajar. No era un mal trabajo, claro que no, de hecho, me pagaban muy bien y me sentía aliviado de que me pagaran bien, pues entre todas las carreras universitarias posibles, escogí "Tecnología de la Interpretación para Sordos y Sordociegos". Exacto, algo que no iba conmigo... Pero, Dios, la escogí porque era fácil y no se veían las matemáticas, o bueno, casi ni se usaban.

Hace poco había encontrado su primer trabajo: Era en la casa de una familia adinerada. Realmente no quería ir por el simple hecho de que ellos tenían buenas cosas y yo apenas tenía... Algo de dinero que se me iba completamente en la Universidad, mi supervivencia y mi apartamento.

Llegué después de un viaje largo en tren y que algo de mi dinero se fuera en eso y me doliera, había llegado a una mansión. Una casa gigante, demasiadas zonas verdes y lugares para descansar. Me acerqué lentamente al portón y timbré.

"Buenas tardes, ¿Quién es?" – una voz proveniente de un altavoz a mi lado, llamó mi atención. En realidad, me había asustado

"Soy Lee Jihoon, vengo por el trabajo para interpretación" – dije nervioso por lo que pasara, ¿Y si me había equivocado de casa? Miré de nuevo la dirección y suspiré, sí es acá

De pronto, la gran puerta de metal se empezó a abrir y entré. Mis pasos estaban cargados de nervios, envidia y más nervios. Miré alrededor, para luego caer en cuenta que estaba caminando muy lento y los de la casa debían estar ansiosos por mi llegada. Tomé aire y empecé a caminar más rápido. Me quedé viendo una cámara y la puerta se abrió dejando ver una entrada gigante, limpia y muy ordenada.

La casa en su totalidad era blanca con alguno que otro detalle color crema, olía a flores y el lugar se sentía frío. Me llené de valor y di un paso, sonó un eco y la puerta se cerró dejando ver a un mayordomo y una sirvienta.

"Por favor, espere acá." – dijo el mayordomo y desapareció por una puerta alta. Después de unos segundos, casi un minuto o dos, volvió el mayordomo con un chico alto. – "Este es el señorito Seungcheol"

Era un chico alto, tenía ojos y orejas grandes, sus pestañas eran largas y sus ojos y cabello eran de un azabache. El muchacho sonrió e hizo algunos gestos. – "Soy Choi Seungcheol y tengo 21 años"

Bien: mi primer cliente y es lindo, alto, adinerado y mayor. No me acerqué, no quería sentirme más bajo de lo que me sentía.

"Soy Lee Jihoon, tengo 20. Espero trabajar bien contigo" – hablé mientras hacía gestos para comunicarme

"Lee Jihoon" – empezó el mayor, haciendo suaves movimientos con las manos. Parecía disfrutar el conocer a alguien nuevo – "Por favor, ven a vivir con nosotros. Te necesitamos todo el día" – El mayor terminó de comunicarse y abrí los ojos, estaba seguro de que estaba tan blanco como el papel.

"Al parecer ya le dijo la propuesta" – dijo el mayordomo y asentí lentamente. ¿Quedarme? Sé que mi casa es... Horrible, pero... No quiero aprovecharme de otros. Pero mi contrato decía que debía cumplir lo que la familia de mi cliente pedía, aun así, no me cabía en la cabeza que "cumplir" significara "Ven a vivir con extraños y empieza una vida nueva"

Water FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora