Mi cuento de hadas -oneshot-

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Hoy era el día de mi cumpleaños y uno de mis sueños más grandes se iba a cumplir. Por casualidades de la vida y cosas del destino, justo en esta fecha tan especial mi grupo favorito estaría haciendo su concierto en mi ciudad. Lo había esperado tanto tiempo que no podía creer que fuera verdad. Los iba a ver, los iba a tener a escasos metros, sus voces en directo, sus cuerpos en movimiento, todo lo que había ansiado poder ver desde que los había conocido.

El lugar era un caos, chicas por aquí y por allá, ensayando los fanchant, muriendo de nervios, mostrando los banner que especialmente habían hecho para hacerse notar entre las demás. Algunas bailando, otras cantando y más de una llorando debido a los nervios y emoción. Las charlas sobre como los habían visto cuando bajaron en el aeropuerto también abundaban, yo por mi trabajo no había podido ir.

Pero finalmente estaba aquí, a pocas horas de tenerlos tan cerca, pero a la vez tan lejos, con un nudo en mi estómago recordándome lo nerviosa que me sentía, la ansiedad por ya poder verlos y la emoción que recorría todo mi cuerpo. Seguía sin poder creerlo, de verdad había llegado el momento que tanto deseaba.

Quería verlos a todos, pero especialmente a él, al dueño de mis suspiros, de mis noches en vela y también de alguna que otra lágrima cuando recordaba que era un amor imposible. Un amor imposible pero a la vez el más sincero que había sentido jamás, un amor unilateral, pero esa clase de amor donde entregas todo de ti sin esperar nada a cambio, donde solo deseas que sea feliz para poder serlo tú también, esa clase de amor tan puro y dulce que solo algunos privilegiados podemos experimentar.

La puerta se abrió y la atención de todas se centró en las personas del staff del recinto que habían salido para comenzar a poner orden. Aquellas que habíamos podido comprar las entradas preferenciales seríamos las primeras en ingresar al lugar. Volvió a formarse un nudo en mi estómago en el momento que tuve que entregar mi entrada y me hicieron entrar al lugar.

Se veía tan grande con tan poca gente, pero en cuanto el resto comenzara a entrar y se abarrotara de gente, aquella sensación de enormidad iba a desaparecer. Miré el escenario y los nervios se apoderaron de mi persona cuando caí en la cuenta de que en aproximadamente en una hora, ellos estarían ahí. Me puse lo más pegada que pude al escenario y me mentalicé que como pudiera, debía mantenerme ese lugar. Sabía que iba a ser algo complicado, puesto que todas iban a querer estar lo más cerca del escenario posible, pero no me iba a rendir, necesitaba verlo de cerca.

El lugar se llenó, y el calor empezó a hacerse presente debido a la cantidad de gente reunida, pero no importaba, si era por ellos merecía la pena. De momento seguía manteniendo mi lugar, pero en cuanto ellos salieran se iba a desatar el caos, lo sabía, todas lo sabíamos.

Las luces se apagaron y mi corazón empezó a latir desbocado, una reproducción comenzó en la pantalla, los gritos, los empujones, la euforia de todas las que estábamos reunidas y lágrimas corriendo por mis mejillas. Entonces lo vi, ahí estaba él, de pie entre el resto de sus compañeros saludando. Su nariz recta y perfilada, sus risueños y redondos ojos que siempre parecían sonreír y aquella boca tan dulce, tan especial, una boca que incitaba a cualquier mortal al pecado. Tan alto, tan perfecto, un ángel, un ser irreal pues esa perfección no podía pertenecer a un ser humano, era él, era aquel a quien había robado mi corazón.

El show comenzó, los empujones dolían, la respiración a veces parecía faltarme, pero no importaba, él estaba ahí. Todos eran maravillosos, talentos, pero él... No tenía explicación. Su hermosa voz resonaba por todo el lugar, llenaba mis oídos, mi corazón y despertaba mil y un sentimientos en mi. Mi piel se erizaba y mis ojos estaban clavados en los suyos, intentando averiguar que había más allá, que era lo que pasaba en su mente. Mi mirada lo acosaba, lo acosaba tanto que nuestras miradas se cruzaron, haciendo que mi corazón latiera tan desesperado que creí que iba a morir y una sonrisa se formó en su boca, transportándome al más maravilloso sueño que nunca antes había vivido. Sabía que este día sería especial, pero nunca había imaginado que lo podía ser tanto.

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