13 2 0
                                    

Las sirenas son muy conocidas por su canto angelical y mortal. Se dice que si una te atrapa indefenso, te arrastra hasta las profundidades de la oscuridad.

Mi hermano, conocedor de mi amor por esos seres particulares, me dijo que conocía a una sirena de verdad, pero que no se encontraba en el agua sino en la tierra. Ser una niña no fue bueno en ese momento, ya que al sentir la curiosidad comiéndome la cabeza, le pregunté si era posible eso.

- Claro que sí, es más, somos los mejores amigos.

Ahora, recordando ese día, me doy cuenta de que en ese instante, Magalí se estaba cagando de risa por mi inocencia con respecto al tema.

-¿Lo puedo conocer?
-No.
-¿Por qué?
-Todavía sos muy chiquita para verlo.
-Pero p-
-A parte, a él no les gusta los niños. En especial los mimados.
-¡No es justo! Quiero verl... ¿él? ¿No debería ser ella?
-Es un chico, existen sirenas que también son hombres, Abril. Hagamos un trato: si me ayudas a mentirle a mamá de vez en cuando, puedo conseguirte fotos de él.
-¡¿En serio?!
-Sí, incluso puede que te las firme si querés. Entonces, ¿trato o no trato?

Ustedes saben cómo los niños caen fácilmente en los engaños de los más grandes; y lo peligroso que puede ser.

Noah era de por sí, un problema andante, maleducado, desconsiderado, peleador, alcohólico. Mamá me decía que si le veía hacer cosas "sospechosas", le avisara sin dudarlo. Lamentablemente, por querer ver a esa sirena terrestre, comencé a seguirle el juego y me convertí en su segunda cómplice. La primera era Magalí, su amiga íntima que le cubría de sus fechorías en el colegio, enfrente de mamá, a pesar de que yo presenciara otra cosa.

Cuando vi la primera foto cómo regalo de cumpleaños, me quedé muda. Con diez años, y si vivís en una burbuja, te pueden hacer creer cosas imposibles.

Un hombre de cabellera rubia sobre un escenario lleno de humo, abrazando a Noah era lo que me mostraba la foto. Eso y las sonrisas que él y la "sirena" tenían en sus caras sudorosas. No podía creerlo, primero: era cierto que se conocían, demasiado a decir por la ubicación de las manos de ambos en el cuerpo del otro. Y, segundo, porque su apariencia era muy hermosa, pese a las condiciones mencionadas. Cantar debe de ser un trabajo duro para los seres marinos (y ahora también terrestres), que prestan su voz. Aunque había algo que no cerraba. ¿Cómo era posible que mi hermano no haya desaparecido al haberlo escuchado cantar? ¿Acaso hizo un trato con él para que no se lo lleve a las profundidades?

-Nos amamos.

Fue todo lo que me respondió luego de que le preguntara lo anterior.

-¿Desde cuándo?
-Desde que nos conocimos.

¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤
""The Black Sea" era el bar predilecto del grupo de Red, la sirena; me contó Noah, seis meses después de mi cumpleaños.

Hace tres años, mejor dicho, cuando fue la cuarta vez que salí con Maga y los otros, nos topamos con "The Black Sea" por casualidad. Con dieciocho años quería conocer todos los bares, clubes y prostíbulos que habitaban en la cuidad; y éste era el más concurrido de la temporada.A Red lo vi ingresar al escenario, de la nada. El Dj anunció que ULLBMine era el grupo invitado del bar, y que estaban presentando su nuevo CD esa noche.Conocía el nombre del grupo por Maga pero no había oído nada parecido a ellos ni de casualidad. Cuando Red inició con el show, mis ojos no pudieron dejarlo en toda la velada. Pasión, dolor, arrogancia y pena era lo que podía sentir emanar de él. Y sólo a él pude sentirlo, porque todos los demás ya de por sí me importaban la nada misma. Deseaba verlo de cerca, por ende terminé acercándome hasta donde tenía permitido estar y me quedé mirándolo fijo. Me imagino que fui intenso, ya que al rato lanzaba miradas seguidas a mi persona. El coqueteo, porque eso era en verdad, duró incluso después en la pista de baile. Parecía casualidad que nos encontráramos bailando cerca. Hasta que nos pegamos como chicle al compás de los temas reproducidos por los altos parlantes del local.

MermaidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora