Correr.
Solo pensó eso.
Correr hasta quedarse sin aliento y llegar hasta la injusta barrera que le separaba del mundo.
Por un momento sintió de cerca la libertad, respirando su aroma a través del metal oxidado y el alambre de espino.
Entonces, le dispararon.
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Microcuentos
RandomBreves pinceladas de inspiración. También disponibles en https://historiasdethaisite.wordpress.com/