C E R O

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El consultorio era exactamente igual que siempre, el doctor seguía siendo el mismo, las dos enfermeras seguían vestidas de monjas, el mismo cuadro feo del pasillo seguía ahí. Keyla miraba desde su asiento el horroroso cuadro en la pared contraria esperando a que su mejor y única amiga saliera de la enfermería para entrar ahora ella, rutina de cada fin de curso, las vacaciones de Navidad comenzaban y, aunque no estaba realmente triste de no ver a Nina durante las vacaciones, su emoción de volver a casa y estar todo un mes con sus únicos dos familiares cercanos a su edad era visible desde lejos, aunque no ahora, no allí sentada esperando su turno para hablar con el doctor y psicólogo del colegio.

Keyla es todo lo contrario a su mejor amiga. Nina es alta y con un cuerpo despampanante que no luce con el feo uniforme, Keyla es bajita y demasiado delgada: Nina tiene un hermano mayor que acaba de graduarse de la preparatoria hace un semestre, Keyla es hija única; Nina es una de las pocas chicas del colegio de piel oscura, Keyla es blanca y pecosa, cómo muchas otras; Nina es extrovertida, Keyla es antipática y algo extraña; Nina es inglesa, Keyla es canadiense; Nina va a irse en un crucero por el Mediterráneo con su hermano durante las vacaciones, Keyla tendrá que hacerse amiga de los amigos de sus primos. Sí son tan distintas, cualquiera se preguntaría como terminaron haciéndose amigas. La mejor razón que se le ocurría a Keyla era que al estudiar en un colegio católico donde no es común ser muy popular, Nina era conocida gracias a su hermano, Keyla era la nueva de Canadá, nadie quería ser amiga de ninguna, así que terminaron por juntarse, aún cuando Nina es amiga de todos los chicos del colegio Keyla sigue sin conocer a nadie más que a Richard.

La puerta se abrió y una morena con una trenza demasiado gruesa colgando hasta sus caderas salió, en su cara se veía un total fastidio, un toque de aburrimiento y un brillo en sus oscuros ojos de felicidad al saber que su sesión había terminado. Nina se tiró en el asiento junto al de la castaña, se acomodó en su hombro y Keyla recargó su cabeza sobre la de su amiga.

—Dios, ese hombre va a matarnos de estrés —gruñó Nina haciendo reír a Keyla un poco—. Quiere que aprenda en las vacaciones a conectarme con las chicas de mi edad. ¡Por favor! No quiero más amigas, te tengo a ti.

—Y no me tendrás, tú irás con tu hermano a un crucero y yo con mi familia para las fiestas —Keyla se puso de pie, ya debía entrar a su última sesión del año con el médico escolar, que en realidad era más cura que médico—. No nos veremos un mes, quizá debas hacer alguna amiga en el crucero y evitar que don Juan Simonet la llevé a su cama.

Nina se echó a reír y las dos monjas enfermeras la regañaron diciendo que debe guardar silencio.

—Quizá deberías conseguirte un novio por allá —Keyla negó rápidamente y Nina le puso cara larga como respuesta—. ¡Vamos! Sé que harás amigos allá, pero tú no necesitas ser amiga de los amigos de tu primo, necesitas ser novia de uno de los amigos de tu primo.

—¿Y porque de mi primo?

Keyla sonreía divertida, no le gustaba la idea de enamorarse de alguien que vive al otro lado del mundo, aún cuando ella nació y creció allá, pero ahora su vida está en Inglaterra.

—Porque sé que tu prima es igual que tú —Keyla le sacó la lengua en un gesto infantil que fue respondido con un beso lanzado al aire coquetamente de la morena—. Ve con doctor santurrón, aquí te espero.

Keyla obedeció y entro al consultorio lleno de imágenes religiosas, el doctor le pidió que cerrará la puerta y antes de hacerlo vio a Nina sonreírle con los dos pulgares arriba, dándole ánimos. La castaña sonrió y se sentó frente al escritorio, el médico la veía con los brazos cruzados sobre los documentos, le preguntó su nombre y la busco en el archivo, leyó lo que tenía escrito y luego procedió a iniciar la sesión.

➳T.M.F.N.  «Royals 2»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora