-Ese chico es...
-... es demasiado lindo.
Hubiera sido genial ser yo el que hubiera terminado esa frase, pero no, ese fue Alfred.
-Quizás, deba hablarle. -murmuró-.
Sí. Mi hermano y yo habíamos compartido todo desde que eramos niños; sin embargo...
Eran aproximadamente las 6 de la mañana y los ojos le pesaban como nunca. Para ser alguien prodigioso y el "chico ideal" de la escuela, era un ser demasiado perezoso. Su cuerpo le pedía a gritos un descanso por su desvelada de la noche anterior, mientras su cabeza le regañaba por las tonterías que había llegado hacer como para terminar así. Refunfuñaba internamente. ¿La razón de su ánimo? Un pequeño japonés de aproximadamente 1,65 y mirada opaca. Bien, no era culpa de Kiku el que haya terminado en ese estado, solo no quería reconocer sus propias tonterías. Se sentía cansado de repetirse tantas veces lo mismo. El "deja de hacerlo" siempre aparecía cada mañana como una promesa que se esfumaba cuando se escondía el sol en el atardecer.
Arthur no admitiría nunca, así le obligaran a besar a Gilbert, que la aparición de sus nuevas ojeras se debía a que pasaba cada jueves en la noche arreglando su peinado para poder "cambiar un poco la apariencia", repasar sus materias y escribir cartas sin remitentes, que según él, era para mejorar su escritura. No es que fuera un desastre en esa asignatura, pero en verdad lo es. Era el único curso donde había escuchado el regaño de su profesora. ¿Él? ¿Arthur Kirkland? ¿Regañado por no saber diferenciar "hay" de "ahí"? Debía ser una jodida broma.
Por eso a regañadientes tuvo que aceptar que esa misma profesora le asignara un compañero que lo ayudara fuera de horarios escolares. Odiaba esa idea, más si tenía que soportar las burlas de su hermano (que tampoco se libraba al también llevar clases extras de química). Pero para el ojiesmeralda, bastó solo ver a su nuevo tutor para que la idea de que alguien le enseñara no sonara tan mal. Ahí, frente a su puerta, cada viernes llegaba el oriental con libros en brazos. Todo era maravilloso, la suerte estaba por fin de su lado; su amor platónico pasaría horas con él. ¡Al fin sería notado! Claro, no era como si no lo fuera al acosarlo con la mirada en cada receso. Sin embargo, esa buena suerte acabaría al escuchar decir a Alfred "Kiku nos enseñará a los dos. ¿No es genial?"
Quería tirarse del puente de Londres.
06:35. Si no se apresuraba, su hermano sería capaz de aplastarle como cada mañana, y desde que tenía memoria, lo hacía. Se levantó y talló sus ojos. El calor era tan desagradable en las mañanas, Arthur adoraba más el clima templado y frió, con su toque de humedad y olor a tranquilidad; tanto o más hermoso como la esencia de Kiku. Moriría en cualquier momento si seguía pensando en el azabache. Seis benditos años aguardando la esperanza de que ese chico pueda ver sus ojos y darse cuenta de todo el amor que tenía aculado solo para él. ¿Pero cómo? Ni siquiera sabía si Kiku lo consideraba un amigo. Que el chico esté yendo a su casa cada viernes y le enseñe por dos horas, no lo consideraba una amistad. Hasta Alfred era más pegado al japonés. Arthur ni siquiera podía sonreírle sin sentir sus piernas flaquearse.
Abrió la llave de la ducha, cerró los ojos y dejó que las gotas hicieran lo suyo. Debía dejar de atormentase con paranoias causadas por su imaginación. Kiku era dos años menor que él y su hermano, no obstante, iban en el mismo curso por su alta capacidad intelectual del menor. No por nada era el primer puesto a nivel escolar, mucho antes de Arthur, quien se quedaba con el segundo, y más abajo, Alfred con el quinto. No sabía cómo, ese hombre obsesionado a las hamburguesas, lograba pasar de año si se la pasaba jugando con un canadiense de intercambio. Bufó con cansancio y salió del baño. Algunos tenían la suerte echada, mientras que otros tenían que quedarse toda la noche repasando su escritura en cartas que jamás alguien leería.
Escuchó un par de golpes que venían detrás de su puerta y pausó sus pensamientos. Caminó hacia ella posicionándose junto a esta. Ya estaba demasiado perdido si empezaba a tener alucinaciones.
-Hey Arthie, el desayuno está listo. Baja antes que Alfred se acabe todo.
Resopló y respondió solo con un "Ya voy". Odiaba la forma en como Francis lo llamaba, pero sabía que si refutaba contra eso, solo recibiría más apodos cursis por parte de ese francés. "Cejotas" y "melocotón" habían sido su perdición durante su primaria.
Estaba por empezar a alistarse cuando se dio cuenta que Alfred no se encontraba en esa habitación. Ni siquiera se había fijado en la ropa de este esparcida por todo el cuarto, dando señal que ese rubio ya se había despertado antes que él y ahora se encontraba en el comedor.
- Ese estúpido, de seguro quiere estar listo para Kiku antes que yo. –chasqueó los dientes y continuó alistándose. Nunca lo aceptaría, pero tenía celos de Alfred por su facilidad de tener empatía con las personas y así ganarse su confianza. Muy por el contrario de él, que le costaba mucho interactuar con los demás, hacer amigos o entablar una conversación larga con alguien; quizá por eso solo tenía a los tontos de Gilbert y Antonio como amigos, un par de chicos que se la pasaban acosando a un austriaco y a un italiano respectivamente. Personas con las que podía contar. Ya que muy aparte de las chicas con hormonas revueltas que le acosaban, nadie entablaba conversación con él por tener una valla tan alta, cosa que con Alfred no sucedía al poder encantarlas con su carisma y su sonrisa picaresca.
Tenía celos de Alfred por poder hablar amenamente con el japonés sin ninguna dificultad. Por sacarle un sonrisa o algún sonrojo por alguna payasada que decía sin pena alguna. Tenía celos de su hermano que, aunque le costara reconocerlo, Arthur sabía que él también estaba enamorado de Kiku.
(っ＾▿＾)۶🍸🌟🍺٩(˘◡˘ )
aadsadsad ;_;
Primero, ¡Gracias por escribirlo en un Hetalia AU! para que personas como yo lo entendamos! :'v ❤
Ah, siento mi vida descrita ahi ;-;
Osea mi amor unilateral a mi vecino que ya en vacaciones de medio año cumple 4 años xd :'v
Pero eso no es lo relevante aquí.
Osea, ¿vieron lo bonita que esta la historia? ;-; ❤
Ojala la insipiración ataque brutalmente a la autora ;-; ❤
Y que no le de un golpe de calor durante este verano ;-; ❤
Tampoco que se le corte el internet ;-; ❤
Por favor Diosito :'v ❤
Y aquí es donde me despido, nos leemos en el próximo capitulo *^*)/ ❤
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