Ruegan las almas en pena buscando cobijo entre los vivos, aun no saben que han muerto o quizás lo ignoran intencionalmente porque disfrutan de los placeres que la locura en medio de la soledad les puede otorgar.
Que somos para ellos sino alimento andante, variedad para escoger y nosotros...nosotros, no nos negamos pues aceptamos su inexistencia para satisfacer el ego de sentirnos únicos cuando solo vivimos en la mas grande mentira.
Esa a la que llamamos vida.
