Estoy navegando en un mar de rosas rojas, es impresionante como hay tantas, empiezo a creer que este gran mar esta echo de ellas. Necesito buscar unas respuestas, es tan hermoso como un jardín lleno de vida. Necesito saber qué es esto, que lo ocasiona, jamás había visto algo similar, algo tan hermoso.
Llevo horas navegando, ya no hay rosas solo agua salada, ya no hay alegría, solo agua salada. Veo tierra, tal vez ahí sepan de donde tantas rosas. Navego hacia una gran isla, creo que es un pueblo, un gran pueblo. Bajo del pequeño barco de madera y me dirijo hacia el pueblo. Seguro allí deben saber de dónde viene tanta hermosura.
–Disculpe, ¿sabe usted del mar de rosas rojas?.– pregunto a un señor con ojos tan oscuros como la noche.
–¿Mar de rosas rojas?.– Pregunta algo extrañado.– No joven, jamás he oído algo así.– dice siguiendo su camino.
Imagino que al igual que a mí se les hace extraño, pero más que extraño se me hace asombroso. Sigo mi camino explorando el gran pueblo, es muy hermoso todo allí. Veo como niños juegan en los columpios de madera, sonrió al recordad mi niñez; aquella etapa tan gris, pero a la vez tan llena de colores.
Sé que tal vez alguien pueda aclarar mis dudas, no puedo ser la única que allá visto tanta majestuosidad, sigo caminando en busca de respuestas, nadie sabe de qué hablo... Ni yo misma sé de qué hablo. Tal vez solo ocurrió en mi imaginación, me han dicho que beber agua salada no hace bien.
–Disculpe señora.– detengo a una humilde anciana.– Sabe del mar de rosas rojas.
–No, no se dé un mar de rosas rojas.– dice pensativa.– Pero seguro que Don Fabio debe saber algo de ese mar de rosas rojas.– dice la anciana muy amable.
–Oh gracias, es la única que me ha ayudado.– digo besando sus nudillos.– Me diría por favor donde se encuentra Don Fabio.– dije sonriendo.
–Se encuentra en una cabaña al fondo del bosque, sabrás cual es pues es la única que hay.– dijo con tono sabio.
–Muchas gracias.– dije dirigiéndome al bosque.
Sí que era hermoso el bosque, lleno de animales y plantas exóticas, todo un paraíso de colores, los más hermosos que hasta ahora en este largo viaje he visto. A lo lejos vi una pequeña cabaña con una chimenea humeante, me recordó al clásico cuento de hansel y gretel, reí por mis pensamientos. Llegue a la linda cabaña y toque la puerta de roble, toque muchas veces y espere más de 15 minutos hasta que al fin un señor alto de cabello cano y ojos negros me abrió.
–¿Qué te trae por aquí niña?.– Pregunto viéndome de pies a cabeza.– ¿Acaso no te han dicho que el bosque es peligroso a estas horas de la noche?.– sonrió tratando de intimidarme.
–No.– negué.– Y no soy una niña.– dije con mis ojos entrecerrados a lo que el rio.
Se apartó de la puerta dejándome entrar. Creo que me dijo niña por mi baja estatura.
Entre y vi muchos tubos de ensayo y grandes librerías repletas de libros, al parecer el señor es muy inteligente.
–Usted debe ser don Fabio.– dije recorriendo el lugar con la mirada.– me presento, yo soy Blue.– dije dándole mi mano para que la estrechara, él lo hizo.
–Y dime pequeña Blue ¿Qué haces en un lugar como este?.– pregunto muy amable.
–Vera soy navegante, y he visto algo asombros y una anciana me ha dicho que usted podría saber a qué me refiero.– dije con entusiasmo en mi voz.
–Cuéntame que es eso tan asombroso que viste.– se sentó cruzando sus piernas.
–El mar, estaba repleto de rosas, parecía hecho de ellas.– dije con un brillo en mis ojos.
El inmediatamente se levantó y fue a su librería, estaba buscando con desesperación un libro.
–¿Mar de rosas rojas dices?.– Asentí.– Aquí esta.– saco un libro viejo cubierto de rosas, yo sonreí.
–Qué significa?.– pregunte.
–Escucha.– Abrió el libro, de el salió un aroma exquisito.– Reina Rosalinda de ámbar. Cada vez que una princesa del palacio de ámbar cumpla un año más de vida los mares estarán repletos de flores que correspondan a su raza, esto será único para quien lo vea, será el día en que la princesa cumpla un nuevo año de vida, el gran mar azul tendrá flores en vez de agua cuando esta cumpla sus tan esperadas quince primaveras, esto servirá como lo delicada que es la princesa, al cumplir sus quince años de edad se convertirá en una mujer, en la flor más hermosa que la vista pueda observar.– hizo una pausa y me vio.– El que vea este gran mar echo de flores tendrá que llegar al castillo de ámbar y darle el mejor regalo a la princesa, la princesa estará preparada para recibir el mejor regalo de su vida.– cerro el libro de golpe.
–Eso significa que... - Me interrumpió.
–Viste el mar.– dijo con su vista perdida en la nada.– Partiremos en la mañana.– dijo dejando el libro en su lugar.
–Pe-pero yo no puedo, no tengo nada que ofrecerle.– dije alterada.
–Entonces tienes que conseguir algo.– dijo algo inquieto.– Solo tenemos una semana.– sonrió.– Emprenderemos apenas salga el sol, espero que estés preparada porque...
–Espere.– lo interrumpí - ¿Y qué pasa si no quiero ir? – Pregunte con decencia - ¿Cuáles serían las consecuencias? – me acerque lentamente.
-Entonces – dijo pensativo – La princesa sabe que alguien vio el gran mar, se sentirá muy decepcionada al no conocer a la persona que presencio su más grande obra – dice sentándose y apartando un poco sus lentes – Entonces por sus mejillas rodaran las más hermosas lagrimas que jamás abras querido causar – dijo viéndome fijamente.
-¿Eso quiere decir que ella llorara? – el asintió – Entonces... Acepto – suspire.
Es mi primera historia, espero y les guste.
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Rose
Teen FictionDe pronto llegan todos los colores faltantes a hacer una revolución en tu universo.