Una mañana cualquiera

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Mi primer empleo, algo muy diferente a lo que estaba acostumbrada, niños por todos lados, gente adulta vestidos con el mismo uniforme que llevaba puesto y muchas caras nuevas; a lo lejos se veía una sonrisa cautivadora, esos ojos pequeños y piel canela. Dios mio.. Que estaba pasando? Otra vez? No, había olvidado aquella atracción que sentía hacía las chicas pero esa vez aquella mujer rompió todos mis esquemas, se acercó a mi extendiendo sus manos tomando las mías suavemente presentándose. -bienvenida me llamo Zara.. Un nombre perfecto Zara.. Lu lu Lucy, tartamudeo, sin querer; parecía una niña tonta increíblemente tonta a decir verdad, sinceramente para ese entonces me costaba mantener contacto físico visual y verbal con alguien más, algunas veces sentía miedo de meter la pata hacer el ridículo y ser la burla de todo el mundo, aunque nadie le prestaba atención a mi persona así lo sentía por eso es que en tanto tiempo me cohibi de ser yo misma, le tenia miedo al que dirán, dentro de mi me sentía fea maltratada y por esa razón jamás nadie voltearía a mirarme el primer hombre con quien tuve contacto físico solo lo hizo por complacerse así mismo sin importarle lo que yo llegara a sentir, que más daba era fea para Los ojos de las personas que creían en una belleza ficticia, esas que salían en revistas de moda y muchas mujeres se deprimían por pensar que jamás serian así y yo era una de esas chicas; no sabia todo lo que tenía mas que una belleza física pero así era la cultura y creencias de mi lugar de nacimiento, en ese entonces estaba comenzando a tomar vuelo muy alto y aunque podría salir herida tenia la seguridad que me levantaría, después de todo crecí prácticamente a mi merced...

    Luego de aquel día, seguí en aquel trabajo uno tras otro evento en distintas partes del la ciudad y algunas veces fuera, estaba feliz de compartir con gente de mi edad o más adultos, los veía con mas experiencias y de pronto mi actitud negativa cambió ya no era la niña triste y sola estaba comenzando a hacer amigos aunque fueran pocos, igual me tomó un largo rato dejar de ser tan introvertida al lado de personas que parecían tenerlo todo, gente educada que vivía en zonas de clase media y yo estaba en la clase baja, por esa razón muchas veces me sentí cohibida ya que hablaban de viajes a otros países ropa de marca y otras cosas que jamás había tenido o vivido pero aún así los días en que estaba trabajando eran días felices y Zara aunque me hablaba poco siempre me brindó una amable sonrisa.

Pasaron de prisa aquello días llegó mi primer sueldo que emoción mi propio dinero, por fin tenía para complacerme un poco y así fue, salí de compras con mi madre compramos dos equipos móviles, uno para mi y otro para mi hermanito, algunos trapos que estrenar por primera vez en cinco años y ya no usaría esa ropa fea vieja y desgastada pasada de moda que me regalaba una tia cuando ya no le gusta lo que tiene y comida, en todo ese mes trabajando solo salía con el pasaje de ida y vuelta, pasaba el día escondiéndome a la hora del almuerzo para que no notaran que no había llevado nada y regresaba ya cuando me tocaba trabajar nuevamente; así que me daría algunos gustos Merecidos, llegó un nuevo año y nuevas cosas, aprendí a hacer muchas cosas con globos en aquel empleo para jóvenes, quedaron algunas amistades y un hombre moreno en el ultimo evento me cita en el baño y allí fui, sabia lo que deseaba ya que teníamos algunos días chateando y conociéndonos un poco fuera del trabajo; nerviosa me dirigí al baño mas oculto que tenia aquel lugar y lo ví esperándome parado en la puerta algo nervioso; me Haló por un brazo rápidamente adentro y sin pensarlo bajó mis pantalones junto con la tanga, me tenia de espalda mirando muy de cerca la pared y de pronto lo sentí entrar, con algo se dificultad y lo empujó hacía adentro fuertemente, tuve que aguantar las ganas de gemir muy fuerte y sentir que algo terminó de romperse, estaba tan mojado y gigante woo decía dentro de mi y allí me tenia a maniatada por su sexo y ese deseo inmenso, entraba y salía con fuerza sin compasión alguna, despertando mi demonio que aún estaba en la pubertad y haciéndolo crecer un poco, intenté moverme pero no me lo permitió y de un gemido grave terminó, no supe lo que era un orgasmo pero aún así me gusto, fui corriendo a los cubículos donde hice pis y me subí el pantalón cuando salí ya no estaba y eso me hizo darme cuenta que quizás así seria el resto de mi vida un objeto sexual y listo

LUCY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora