-El comienzo de nuestra apuesta- Prologo.

410 38 10
                                    

Luego de una duro día de trabajo tanto en la panadería como en el Instituto, lo único que buscaba era poder descansar unos momentos al llegar a casa, lo cual no fue posible debido a que mi querida prima se hallaba de viaje de vuelta a París. Ella era y sigue siendo una persona muy ruidosa, descuidada y despreocupada, pero ese día me sorprendí debido a su comportamiento.

Más que inquieta parecía frustrada, eso noté al entrar en casa y verla con la mirada en blanco fija en el mármol de la mesa. Aún con todo el peso del cansancio sobre mí me dirigí hacia ella en busca de respuesta sobre su actitud.

-A ver. Qué pasó? Parecieran haberte roto el corazón- Dije sin cuidado alguno para luego recibir una mirada asesina por su parte -Disculpa, no ha sido mi intención. ¿Qué sucede?- Pregunté con más seriedad sentándome a su lado en el comedor.

Con una mirada llena de angustia ella me miró e intentó pronunciar las palabras correctas para explicarme de lo que se trataba, al observar cómo no podía poner siquiera una oración en pie comprendí la situación.

-Bueno... Si no deseas hablar lo respeto, pero recuerda que aquí estoy cuando quieras hablar- Me levanté para parar en seco al escuchar unas cuantas palabras articuladas por sus labios.

-No creo que puedas ayudarme o por lo menos comprender por lo que paso- Esas palabras fueron tan cortantes que sentí una ventisca gélida congelar el interior de mi corazón.

-Al fin decides hablar- Le dije dándome la vuelta para mirarla a los ojos con seriedad -Si tanto crees que no te pueda ayudar, ¿por qué no me cuentas?- Era extraño en mí hablar de esa manera tan fría pero así era la relación con mi prima Brigette.

-No lo quieras saber todo...- Quedamos unos segundos en un silencio incómodo hasta que un suspiro por su parte lo interrumpió -De acuerdo- Accedió rendida a hablar -Lo que sucede es que desde que vivo en Londres hay un chico en especial  que me gusta, justamente unos días después de llegar aquí él vino por igual y no logro quitármelo de la cabeza. No comprendo aún por qué sigo queriéndole, cuando lo he intentado todo y aún así nada me funciona- Agachó su cabeza apenada, yo me senté nuevamente a su lado y con calidez puse mi mano sobre la suya.

-Me sucede lo mismo.

-Lo dudo- Negó.

-Es cierto y a veces hasta creo que perderé por momentos la cabeza por completo- Le confesé con una sonrisa positiva plasmada en mis labios.

-Si es tan cierto te propongo algo, una apuesta- Sus palabras me dejaron intrigada.

-De qué trata?- Pregunté insegura sin saber adónde guiaba todo aquello.

-Te apuesto a que no serías capaz de enamorar a la persona que me gusta- Dijo con una mirada desafiante.

-No estés tan segura- Respondí con seguridad.

-Qué tal si cambiamos de lugar? Tú te haces pasar por mí y enamoras al chico que me gusta y yo hago lo mismo con la persona que te gusta- Propuso sin preocupación alguna.

-Espera un momento, entonces no es una apuesta- Argumenté.

-Aquí viene la mejor parte, la primera en renunciar al desafío deberá rendirse y darse por vencida, osea olvidar a esa persona que le gusta y dejarlo ir- La propuesta era tentadora pero a la vez atemorizante. 

-Bueno...

-Vamos! Di que sí- Insistió mi prima.

-De acuerdo, veamos quien es la mejor seduciendo a el amor de la contraria y la primera en renunciar llevará la carga de que nunca pudo conquistar a esa persona encima- Acepté finalmente motivada.

-Y una sola cosa más, como me voy en un mes y medio espero que no hayas perdido la apuesta para entonces- Me recuerda.

-Entonces tenemos un mes y medio de plazo, supongo que esto cambia un poco la jugada. Será para la primera que enamore al contrario el mérito- Dije con una serena sonrisa.

-Pues es mejor que me esfuerce, no aceptaré una derrota contra ti Marinette- Se dirigió a mí con su usual ánimo de siempre.

Y aquí comienza nuestra pequeña apuesta.

Seduciendo al contrario.Where stories live. Discover now