Acontecimiento inesperado

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Mi nombre es Izzy Smith, tengo 17 años y a tan corta edad presencié la muerte de mi mejor amigo, a quien últimamente había comenzado a odiar. Su manera de actuar, su estilo de sarcasmo sin sentido y de mal gusto, me irritaba, se podía decir que nuestra amistad se había ido por la borda.
Hace dos semanas, precisamente, un lunes como cualquier otro, mi vida cambió para siempre.
Me entere que él estaba dentro de una red de narcotráfico, una de las más peligrosas de la ciudad. Intenté advertirle que no estaba bien llevar ese tipo de vida, pero hizo oídos sordos a mi advertencia y decidió dejarme, sin decirme nada, tan solo se fue.

~Flash Back~

Volví a casa con un mal presentimiento, decidí llamarlo sin obtener respuesta alguna. Al día siguiente, me desperté, hice mi rutina diaria, no era un día normal, estaba nublado y hacia frío, algo inusual en mi ciudad, decidí salir a correr para distraerme y aprovechar el día. Mientras daba la tercera vuelta al parque ubicado cerca de casa, mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo, era una llamada entrante de Noah.

-¿Hola?-respondí preocupada por él.

-¡Por favor ayúdame!-dijo algo agitado.

-¿Qué ocurre?-dije segundos antes de oír un disparo y al mismo tiempo cortarse la llamada.

-¿¡Noah!? ¡Hola!-exclamé-¡POR DIOS! ¡Noah!

De pronto una sensación de desesperación se apoderó de mi cuerpo, salí corriendo a la velocidad de la luz sin saber a dónde me dirigía.
Me encontraba en shock cuando segundos después caí en la cuenta de que me encontraba frente a la puerta de su casa. Por alguna extraña razón entré sin vacilar, sin miedo alguno de lo que pudiera ocurrirme. Otro disparo se escuchó desde la planta alta, subí de dos en dos cada escalón, tropecé en unos cuantos, logrando que me pegara en mis costillas, aun así seguí subiendo. Mi dolor en ese momento era lo de menos. Cuando abrí la puerta de la habitación de mi amigo, este se encontraba tendido sobre un charco de sangre, su sangre.

Me quede estática bajo el umbral de la puerta. Mi cabeza daba mil vueltas, el asesino cruzó su mirada con la mía segundos antes de escapar por la ventana.

~Fin Flash Back~

Desde aquel momento, sentí como que algo en mi interior se había roto, cada día me costaba más sonreír, ya no me agradaba estar en compañía de nadie, ni siquiera de mi familia. Hoy decidí retomar una parte de lo que había perdido, principalmente salir de mi casa a tomar aire para aclarar mi mente.

Camine por las calles desiertas de mi barrio, cuando de repente un camaro negro se estacionó junto a mí y de el bajo el mismo tipo que había acabado con la vida de Noah. Me tomó por sorpresa cubriendo mi boca y nariz con un pañuelo blanco. De un momento a otro todo fue oscuridad.

Desperté atada de pies y manos en una silla, en un lugar desconocido para mí, totalmente oscuro, cuando de repente, una puerta se abre frente a mi mostrando la figura corpulenta de mi secuestrador, o eso creía. En su mano derecha portaba un arma poco convencional, si mal no recuerdo su nombre es metralleta AR-15, se preguntarán como es que lo sé, pues, mi padre era vendedor de armas para el estado, no ejercía su título como Policía Federal, ya que, yo era muy pequeña y mi madre no quería que creciera sin él. Fue un gran ejemplo como padre y sí, hablo en pasado porque el murió hace dos años. Cuando cumplí 10 años, el decidió ejercer y contarme todo sobre su profesión, de lo que él estaba encargado y el peligro que corría. Mi madre reconsideró la idea de volviera a trabajar, sólo, por el hecho de que no entraba mucho dinero al hogar y la inflación del país crecía cada vez más. Así fue como él me enseño todo sobre las armas, cada parte de ellas y lo mortales que pueden ser algunas. Aprendí a usarlas por si algún día necesitaba defenderme. Durante 5 años estuvo buscando la red narcotraficante más grande del país, y yo lo ayudaba, cuando logro dar con ella, ya era muy tarde, estaba el solo, sin ningún refuerzo más que mi amigo. Noah, recién comenzaba a trabajar en el negocio de armas de mi padre, quien decidió acompañarlo aquel día, sabía como utilizarlas , pero fue en vano, se enfrentaban a un enemigo muy poderoso, habían obtenido armas de mejor calibre y hasta de guerra. Mi padre murió en los brazos de Noah, le pidió que me protegiera y lo cumplió, pero decidió vengarse y terminó tendido en el suelo de su propia casa. Todo esto no lo supe hasta el momento en que un policía amigo de mi padre y Noah, pasó por mi casa hace algunos días. Me entregó una carta de mi amigo donde explicaba todo y el porqué de su comportamiento en los últimos meses.
Si algo me enseñó mi padre fue a tratar de escapar de situaciones como esta, busque la cuchilla que siempre llevaba en mis bolsillos.

A Sangre Fría ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora