Había una vez un muchacho, sentado en una banca.
Este muchacho vivía en ciudad Sohrpresa. Como todos sabemos ciudad Sohrpresa se encuentra en el continente #&%$@)&%, en el país de #$"&. Es una ciudad moderna, bien abastecida de recursos y con una economía estable. Y como todos también sabemos, el nombre de ciudad Sohrpresa lo tiene apropiado, como tendría de apropiado una monja a un libro lleno de herejías. Y todo esto lo digo en un obvio sarcasmo, claro, ya que la ciudad no le hacía honor al nombre en lo absoluto.
En aquella ciudad las vidas de los "sorhpresinos" (gentilicio de Sohrpresa) transcurría con una normalidad tan normal que nos resultaría anormal. Sus días eran iguales al día anterior, y ese había sido igual al anterior, y ese igual a los anteriores. Allí los partidos de futbol jamás daban un giro impredecible, en las películas, siempre el galán se quedaba con la chica y lo más emocionante en los noticieros era el boletín del clima. En resumen, todo dependía de cómo hubieras comenzado tu vida, pues si la comenzabas bien lo normal para ti seria que vivas bien por siempre, pero si la comenzabas mal, te arrepentías por completo de haber nacido en aquella horrible ciudad.
¿Por qué les relato todo esto? Pues porque deben de conocer el contexto, para que la historia exprese lo que debe expresar.
La historia comienza con nuestro muchacho sentado en una banca, en el baño de su casa, en el día 31 de diciembre del 2017, a las 12:58 de la noche. Perdón, corrijo. En el día 01 de enero del 2018 a las 01: 03 de la madrugada y pensaba lo siguiente:
"otra más. Ahora sí que lo logre, es guapísima y esos ojos verdes suyos me enloquecen, no puede haber una suerte más perfecta que la mía; para variar mañana no tengo nada que hacer porque es feriado, ¡y con ella la noche va a durar demasiado! Agradezco a mi fortuna de haber disfrutado de una chica más, en este año más.
Esta costumbre la había adoptado desde que tenía 19 años, que fue la primera vez que llevo una fémina a su departamento de soltero en año nuevo, y desde ahí se propuso la consigna de hacerlo cada año antes del acto sexual, como una oración mental.
-¡Frank!-llamo la joven- ¡apúrate!
El muchacho salió del baño, sin polo y en ropa interior, y encontró a su "otra mas" acostada en su cama en una posición tan sensual, y también sin más ropa que su lencería.
Se echaron en la cama, ambos se abrazaron, se dieron de esos besos largos y falsos, y procedieron, sin muchos preámbulos, a realizar el coito.
Hubieron caricias, movimientos bruscos, y el momento culmino tan rápido y muy diferente de cómo empezó. Ambos se quedaron dormidos y la noche duro las seis horas que debía durar y no más, pero sin embargo Frank no se percato de que justo sobre su apartamento de soltero había sucedido un acontecimiento extraño, que no sucedía desde hace dos tiempos, y que quizá y solo quizá podría alterar la normalidad con la que llevaba su vida.
Cuando Frank se levantó, la atractiva joven ya se había retirado.
El se levanto, se vistió, y con toda calma bajo a tomar desayuno. El desayuno lo sintió sin sabor y pesado, aunque tal vez fue solo un reflejo de la noche que había tenido, pues también había tomado mucho licor.
Frank termino su desayuno insípido y se dirigió al ascensor que fue el primer manifiesto de que el día se volvía cada vez más raro, ya que Frank subía siempre por las escaleras pues consideraba que era un ejercicio constante y el debía mantener su buena figura, porque era un galán.
Ya había alguien en el ascensor. Solo una persona, una chica a la que Frank no presto atención por estar repasando los momentos más emocionantes de la noche anterior. Pero justo cuando va a llegar al piso de su departamento, la muchacha desprendió una luz inexplicable, que solo Frank pudo apreciar y que hasta hoy día no sabría dar a entender, pues no se diría que la muchacha brilló, simplemente Frank percibió una iluminación y el estaba seguro de que provenía de la muchacha. Ahí fue cuando se percato de que la chica era hermosa, y nadie podía negarlo, los ojos de cualquiera se hubieran deleitado con aquel espectáculo de belleza.
YOU ARE READING
Los sucesos extraños de una ciudad común
Science Fictionla simple normalidad de acontecimientos en una ciudad, que viola completamente las reglas de naturaleza de ciudad Sohrpresa.