solo fue curiosidad

Un beso no significa nada

Kagami

No sabia en que mierda me había metido, cuando me di cuenta ya me encontraba en aquel callejón rodeado de unos quince matones, cinco tirados y los otros diez muy cabreados, mi respiración era agitada, la sangre que recorría desde la frente hasta mi ojo derecho comenzaba a ser molesto, nublaba la visión.

— joder! —

— ¿ya no tienes fuerzas niño bonito?— pregunto soltando una carcajada el líder imbécil de aquella pandilla, escupí cerca de su zapato, tenia razón, estaba cansado y las copas que había tomando antes no ayudaban en nada.

Uno de aquellos se abalanzó intentando darme un derechazo el cual esquive sin problemas dándole un golpe en el estomago, mas al hacerlo recibí uno en la mejilla haciendo que callera hacia atrás, joder, realmente esos golpes me venían bien, aturdía los pensamientos que tenia en esos momentos.

— bien, vamos a divertimos chicos — hablo aquel idiota tomándome de la camisa

— veo que se están divirtiendo, dejenme unirmeles —se escucho una voz a distancia, todos volteamos notando a solo un chico parado en ese momento.

— ¿vienés a defender a este tío? — dicho eso soltaron una carcajada, un chasquido por parte de aquel chico y se abalanzó hacia el líder golpeando su cabeza con la suya, me había quedado como idiota contemplando aquella escena, mas me levante ayudándolo.

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— joder, no pensé que fueses un idiota

— no es mi culpa— Jadee Apoyándome con las rodillas, ambos habíamos corrido por diez calles y una estación en el metro.  — jamas pensé que esos tipos llamarían a mas.

— ese barrio era solo de maleantes, ¿que esperabas?

— callate, a todo eso, ¿como diste donde estaba?

Aomine tan solo se giro sin pronunciar alguna palabra se puso derecho y comenzó a andar. — mejor vámonos.

— no puedo mas, mi tobillo se a jodido — le respondí comenzando a cojear.

— eres una broma — murmuró — mi casa esta cerca, vamos.

Ambos permanecimos callados todo el transcurso del camino al llegar dejamos los zapatos en la entrada colandonos hacia su habitación

— sientate ahí, ahora vuelvo.

Mientras el salio comencé a observar su habitación.

Todo como el típico adolescente.

Póster de chicas semidesnudas,  jugadores de baloncesto, alguno que otro videojuego tirado, Sonreí de lado al pensar que siempre imagine así su habitación.

Nuevamente entró aquel peliazul junto con una caja, se sentó a lado mio sacando una botella roseando un poco aquel liquido en un algodón.

— no no no!!, no me jodas, eso no!! — exclame soltando un grito al sentir aquel liquido en la herida de mi frente, odiaba el ardor que se sentía

— callate!! Eres demasiado ruidoso!!  Ni siquiera duele!

— oh, es verdad — respondí al no notar aquel dolor.