❇ Capítulo 1: El intruso ❇

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POV Narrador

—¡Ah~! ¡Fran! Mas~ mas~ —a peticiones del peruano, el español aumentaba cada vez más el ritmo de las embestidas. Mientras masturbaba el miembro de su pareja.

—Ah~ Ti-Tito... A-Ah... D-di mi nombre —logró articular el menor, quien ya estaba a punto alcanzar el ansiado orgasmo. Aunque para el mayor de los dos, ya sería el tercer orgasmo y el segundo para el español.

—¡Fran! ¡Mghh! ¡Ah~! ¡Fran! ¡Fran! ¡Ah~, ah~! ¡FRA~N! —fue justo ahí cunado el mayor de los dos llego por tercera vez al clímax, pero para Fran todavía le quedaban un poco de energía. 

Unas cuantas embestidas mas bastaron para que el español llegara al ansiado orgasmo, dejando fluir (de nuevo) su esencia en el interior de su novio.
Todavía sin salir de su interior, se quedo mirando al de cabellos rulosos. 
Tenía la cara completamente roja, los ojos entrecerrados con unas cuantas lagrimas que desde hace rato que salían de estos, los labios entreabiertos ciertamente hinchados y rojos, su pecho subía y bajaba rápidamente intentando recuperar el aire que le hacían falta a sus pulmones y todo su cuerpo cubierto con una leve capa de sudor.

El menor salio con cuidado de el de cabello ruloso sin dejar de admirar lo que para el era una obra de arte, acariciando suavemente su mejilla. Al tacto, el ruloso igualmente comenzó a acariciar la mejilla de su contrario.

—Tito...

—¿Si, Fran?

—Te amo.

El peruano sonrió instintivamente. No le respondió, solo se dedico a iniciar otro beso con el contrario. Un beso que transmitía todos los sentimientos que sentía por Fran.

No tardaron en dormirse, abrazados entre si.
La noche se veía tranquila, justamente una noche con luna llena. En donde todos en esa casa en España dormían plácidamente. 

Mentira.
Jake no podía pegar el ojo después de todo el show que le montaron sus (ahora dos) dueños. No hace mas de un año que Tito y Fran habían empezados una relación como pareja y casi cerca de unos meses que estos mismos habían decidido vivir juntos en España. Por lo cual Tito y Jake tuvieron que dejar New York para ir al dichoso país.

Obviamente Jake se acostumbro rápido a la presencia de Fran y le fue imposible no tenerle afecto al humano. Y viceversa, Fran de por si ya le había tomado cariño al pequeño perrito de su pareja.

Pero lo que incomodaba a Jake (y también le llegaba a asustar) era que no había podido llegar a acostumbrarse, a lo que para sus oídos perrunos, eran los extraños ruidos que provenían muchas veces de la habitación de sus dueños. Todo ese ajetreo nunca lo escucho cuando vivía con Tito en New York.

Al perrito siempre le dejaban confundido cuando los dos adultos se encerraban en aquel cuarto y no salían en un largo rato. Y todas las veces que eso pasaba, Jake terminaba corriendo lejos el cuarto de Tito y Fran a cualquier lado de la casa debido a que los extraños ruidos que él escuchaba, le daban miedo. Y para el colmo, el perrito terminaba llorando hasta quedarse dormido.

Y esa noche no era la excepción. Esta vez Jake termino corriendo al baño y se quedo en la ducha llorando debido al miedo que el pobre tenia hace un rato. Esta vez solo fue cosa de un rato para que cayera dormido.

Cerca de las 4:47 de la madrugada, Jake dejo de llorar y puso sus oídos alerta cuando escucho pisadas en la cocina y un olor que no era ni el de Tito o Fran, llego a sus fosas nasales.

Jake rápidamente salio del baño en busca del "intruso" que se atrevió a entrar en su hogar, con la intención de sacarlo y mantener a Tito y Fran seguros.

Al cuidado de un niño | Franito/FranVash |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora