Perder el control

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Prólogo

Alemania, 1849

'¿Cuándo conoceré a tu familia?' preguntó Mary mientras  observábamos juntas el cielo iluminado por la luna, brazo con brazo en la costa alemana. Le sonreí tristemente, deseando evitar este tema.

'Mary, no creo que sea prudente. Podríamos pretender que no existen, y por ahora sólo disfrutar el momento, y la una de la otra?'

'Aceptan que quieras a las mujeres, algo que desearía que mis propios padres entendieran.'

'Lo toleran porque tienen que hacerlo. Madre y Elladora están en desacuerdo con todo lo que hago.' Presioné los labios contra su frente mientras se acerca mas a mis brazos.

'Eres fría al tacto, Mircalla. Por favor, tómame. Los ojos avellana de Mary vacilaron con preocupación, reflejando la necesidad en los míos. Acaricié su mejilla y presioné mis labios contra los suyos suavemente.

'No quiero que pierdas tus mejillas rosadas, Mary. Volveré a comer en unos días.'

'Mi querida Mircalla, deseo sentirte dentro de mí, colmillos y dedos por igual.'

'Sueño con el día en que pueda hacer eso y no arriesgarme a matarte.'

'Arriesgar la muerte es escaso comparado con arriesgar el eterno fuego del infierno para estar contigo. Y si tú bebes demasiado de mí en vida, confío en que me hagas beber de tu cáliz de condenación, para que podamos estar juntas en la noche inmortal.'

'Mary-'

'He investigado el saber detrás de tu especie, Mircalla. Quiero estar contigo para siempre, mirando las estrellas girar en el cielo y observando cómo el hombre se adapta a través de los siglos.'

Fruncí el ceño ante sus hermosas palabras. 'Mi querida Mary, te amo porque eres mortal. Una vez que seas transformada en una criatura compañera de las tinieblas, ya no podré mantenerme de tu sangre.'

Ella asintió con la cabeza en comprensión. 'Y cuando llegue ese día, necesitaremos compañeros mortales propios. No me complace pensar en ello, pero compartiría el deseo de mi corazón con otro, para que puedas estar bien alimentada.'

'Querida, no te sometería al mismo infierno que he resistido durante más de cien años.'

'Dime, Mircalla, todavía me desearías a medida que envejezco y me vuelvo débil? Cuando este enfermiza y tu todavía pareciera que estas en la flor de tú juventud?' Podía ver el miedo en sus ojos mientras suplicaba, preocupada de que la descartaría una vez que ya no fuera útil para mí.

'Mi querida Mary, te amaré con toda la fuerza que tengo hasta el día de tu muerte. Y cuando llegue ese día conoceré a la Muerte y no beberé de otro, porque mi corazón y mi alma pertenecen a ti.' Mientras hacia ese voto bajo las estrellas, supe que lo mantendría. Podría atravesar el desierto y encontrarme con el sol del mediodía, y que me quitara la vida hasta que la muerte me llevase.

Mientras las palabras se interponían entre nosotros, el sonido de un carruaje tirado por caballos nos distraía con una voz familiar que me llamaba.

'Oh qué agradable y terrible!' Elladora se quedó allí, mirándome con desprecio y desagrado en los ojos. 'Mircalla, preséntame a tu pequeña mortal aquí.'

Mary se enfrentó a mi ex amante, ignorante del peligro que corría. 'Debes ser su hermana. Soy Mary. Encantada de-'

Los ojos de Elladora se acercaron a los míos. 'Me está hablando. Pensé que habías entrenado a tus mascotas mejor que esto. Al menos Li-Juan sabía cuándo-'

50 Sabores RealizadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora