Muy seguramente por el cansancio y el estrés, sentí un punzón en mi pecho y en un parpadeo caí en un sueño repentino, de esos cortos e inesperados al que llegan recuerdos distantes, ese tipo de recuerdos que no son algo propio, podría decirse que son algo que nunca hemos hecho; pensamientos pasados que generan cizaña en nuestra vida diaria, que se expresan en un porque, un si hubiera o un tal vez.
Dentro de esa travesía, comencé a experimentar la caída hacia un vacío profundo, oscuro, lleno de amargura y dolor. Fui tan consciente de las sensaciones que al darme cuenta, no supe diferenciar si era real, un sueño o una pesadilla; era una situación de incertidumbre pues pasaba frente a mi, la ilusión del tiempo y yo seguía cayendo, no podía ver nada más allá de mis manos y en una de ellas pude divisar lo que parece ser un reloj, sus manecillas giraban y giraban a toda prisa haciendo un sonido ensordecedor, de repente y sin esperarlo, el movimiento seso y con su última vuelta llegó a las doce deteniéndose de ipso facto y así como el reloj, la sensación agobiante de caída, como si el vacío fuera algo demasiado extenso, absorbiendo todo a su paso...
No sabría describir si fue poco o demasiado tiempo el transcurrido, pues al momento de percatatarme del silencio y la soledad que me rodeaba, vi una pequeña luz de color verde y dorada, que al alcanzar mis ojos por un momento los cegó
Aturdido por todos los sucesos transcurridos y el ardor en mis pupilas, me costó y mucho abrirlos nuevamente... Para mi sorpresa, los acontecimientos no daban tregua y uno tras otro llegaban como terremotos que se abrían paso hacia mi
Parte de la oscuridad empezó a agrietarse finamente como un cascarón y de repente esa luz se volvió fuego, uno vigoroso y calido rodeando mi cuerpo, extrayendome de aquel abismo infinito y atravesandolo rápidamente.
pensé lo peor, que había caído inconsciente ó había muerto en mi habitación y que ninguna de mis posesiones y ninguna de mis decisiones, había servido para sopesar este momento. Me sentí solo, amargado, desorientado y confundido. especulé que nadie encontraría mi cuerpo, que no aproveche los años de mi juventud y muy posiblemente mi vida se baso en una mentira o fue un espejismo de lo que algún día quise que fuera.
Nada grato me llevaba de la estadía en este mundo, ¡si todavía estaba en él!, el ultimo que me había visto; era un allegado de la familia, con el cual estábamos planteando negocios muy ambiciosos para nuestro futuro; Vi ese momento grabarse en mi memoría y sentí, un vacío aun más profundo, fije mi mirada al lugar que me esperaba, pero no tenia una forma establecida, mutaba en si mismo y cambiaba diligentemente de forma a medida de que me acercaba, como preparándose para mi, para digerirme o algo por el estilo, daba la sensación de ser un ser que palpitaba...
Al entrar a ese lugar no había nada, estaba en el limbo, mis pensamientos caían como cristales y sentía como si ya no fuera un ser físico, difícilmente podré explicar la sensación que transcurría en mi ser por aquel momento, sin embargo si pudiera ponerlo en palabras, podría decir que se sentía como la nada, sin control de mi mismo, de ninguno de mis sentidos, totalmente expuesto, flotando... En donde? No se exactamente...
Mientras me consumo en la pesades, Sumergido en la soledad más amarga de la cual si pudiera pormenorizar sería como un trago de ácido recorriendo tu garganta y quemando todo a su paso.. Reflexionó en que nunca tuve un momento de grata felicidad, siempre poniéndome de primero, siempre dejando "lo que no da valor" para después... me consumía la tristeza, quizá muy en el fondo, de saber que había pasado mi vida dando importancia a cosas que no lo eran.
-Puede alguien culparse, Por ser como soy? Acaso alguien alguna vez podrá llegar a imaginar una situación como esta? La respuesta es simple No, así como nadie imagina que la vida en un estornudo se vaya o si lo imagina nadie lo mete dentro de sus probabilidades.
