De camino a ser tuya

Un amigo inesperado

Estaba en la pista de baile. El estruendo era atronador y las luces de colores cegadoras. Mi corazón bombeaba con adrenalina y mi cuerpo acalorado se movía al son de una canción que no lograba identificar.

Bum! Bum! oía los latidos de mi corazón como si fuese parte de la música, como si fuese el bajo de la misma canción.

El sudor se resbalaba por mi piel, mi sangre hervía en mis venas. Todo me parecía tan brillante.

Alguien comenzó a acercarse, lentamente. Estaba borroso, por lo que no podía identificarlo, pero sentía una extraña atracción, más fuerte que cualquier cosa que hubiese sentido antes.

Electricidad comenzó a subir por mis brazos al momento en que me toco el brazo.

Se acercó a besarme y yo lo quería. Quería que me besara, lo necesitaba.

Me estaba hablando, pero no comprendía las palabras. Estaba frustrada.

Entonces se dio la vuelta y despaparecio. Una sola palabra quedo colgada en el aire, retumbando en mis oídos. "Estorbo" había dicho el muchacho.

Era Christian.

Entonces desperté, exaltada de mi sueño. Era la tercera vez que soñaba con el.

***

La biblioteca estaba oscura como de costumbre a las 9:00 pm. Me gustaba el ambiente del salón, especialmente cuando no había nadie en el. Era espacioso y las paredes estaban hechas de madera, lo que le daba a todo un toque hogareño. Sin embargo, era una biblioteca, por lo que estantes de libros se alzaban ante la pared. Pilas de libros en el suelo y en las mesas y los planos y utensilios de trabajo despedregados a lo largo de toda la habitación.

Estos últimos días había tomado la costumbre de venir a la biblioteca a seguir trabajando, en lugar de llevarme las cosas a mi apartamento.

El proyecto seguía avanzando con una rapidez increíble, y mi participación en el grupo había mejorado. Matt me pedía mi opinión con frecuencia y en una ocasión en la que Heinrich me quería menospreciar, salió a mi defensa.

Tener otra persona que me aceptase, me hacia sentir más confidente. Aunque no lo necesitaba tampoco, con o sin amigos, haría lo que vine a hacer. Después de todo, hacer amigos no es ni mi punto fuerte, ni mi prioridad.

Desplegué los planos y me puse manos a la obra.

"Por qué no me extraña encontrarte aquí ?" una voz me llegó desde la espalda y yo di un brinco de muerte que casi me hace caer de la silla.

Luego una risa estruendosa. Era gracioso lo mucho que había llegado a conocer esa risa en los últimos días.

"Que haces aquí Matt?" pregunte, dándome la vuelta para encararlo. Una sonrisa extendida en mi rostro.

"Deje mi calculadora" fue su única respuesta.

Un silencio pesado se extendió entre nosotros.

"Me puedo quedar? estaba pensando igual en trabajar en el proyecto en casa".

"Claro, siempre viene bien algo de ayuda".

Sin demorar más tiempo comencé a explicar lo que estaba intentando hacer. Y como había dicho Matt, con su ayuda me resulto todo más sencillo.

Estaba dispuesta a comenzar a trabajar en la siguiente fórmula, cuando Matt me arrebató el lápiz de la mano.

"Cero que ya has trabajado lo suficiente."

Me miro serio.

"Vamos, te acompaño a casa."

Iba a replicar que aún había mucho que hacer, pero realmente estaba cansada, así que cedi. Dejamos todo en orden y nos pusimos en camino.