1• Culpable.

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•Woohyun•

-Si sabes que ya es muy tarde ¿verdad?

Comentó mientras acariciaba mi mejilla. No pude evitar sonreírle cálidamente para después acariciar sus cabellos, adoraba esos cabellos castaños, esos cabellos que había visto moverse al ritmo de su correr cada que me perseguía por el jardín de su casa para poder tocarme cuando éramos niños. "Tú lo tienes" era lo que siempre gritaba cuando después de varias vueltas lograba alcanzarme, por qué a decir verdad Myungsoo nunca había sido muy rápido, al contrario, era lento, y ahora es cuando más lamentaba el nunca haberle hecho correr más.

-Nos descubrirán si nos quedamos, la última vez llegue tarde a casa y Sungkyu me empezó a hacer demasiadas preguntas.

Se levantó del húmedo césped para sentarse y observar la ciudad, siguiéndole después para sentarme junto a él.

-Desde aquí es muy notoria la diferencia sabes.

-Lo sé.

Observe fijamente a Myungsoo un momento, abrazando sus piernas y recargando su cabeza en sus rodillas, con la mirada perdida hacia el núcleo, el centro de la buena vida, los lujos, los vicios y los placeres de la ciudad. Conocía a la perfección esa mirada, esa mirada tan penetrante.

-Todo sería diferente si nosotros viviéramos ahí.

-Myungsoo..

-Seríamos aceptados, podría ir libremente a donde quisiese, podría aprovechar toda esa riqueza para ayudar a los que lo necesitan.

-Myungsoo..

-Esa bola de riquillos lo único que hace es despilfarrar su dinero, en lugar de usarlo para algo bueno.

Podía sentir el resentimiento en sus palabras, en su mirada, en la forma que tensaba su mandíbula.

-Pero no es así Myungsoo, no vivimos ahí, y no podemos hacer nada al respecto, ademas, ¿que te hace pensar que nos aceptarían?, las leyes son iguales ahí.

Comenté tranquilamente mientras me levantaba, sacudiendo mis pantalones para después ofrecerle mi mano a Myungsoo, el cual la tomo y se levantó rápidamente para así robarme un beso, el cual no dude en corresponder mientras le abrazaba por la cintura, sintiendo sus acolchonados labios moverse al compás de los míos, disfrutando del sabor de estos, besándolo pasionalmente hasta que el aire nos hizo falta a ambos, tomando su nuca para acercar su frente a la mía.

-Dinero Hyunie, dinero.

-No lo entiendo.

Hizo un suave puchero para después acariciar mis labios.

-Voy a extrañar tus labios mi amor.

-Yo también Myungie.

Murmuré mientras acariciaba sus cabellos, mirándolo cariñosamente para después empezar a caminar cuesta abajo en la colina, tomándolo de la mano.

-Creo que con el dinero suficiente podríamos hacer que nos aceptarán.

-Ya deja esas ideas locas Myung.

-Solo creo que si las personas se unieran o si por lo menos reflexionarán acerca de la situación podríamos hacer algo al respecto.

Reí suavemente mientras lo miraba, amaba su espíritu tan liberal, ese enorme corazón y esos hoyuelos que adornaban su hermosa sonrisa, la sonrisa que le regalaba a todas las personas a su alrededor, sin importar quiénes fueran, amaba su altruismo y su buena voluntad.

-¿Y provocar otra guerra?

Dije entre risas, recibiendo un codazo de su parte. Llegando pocos minutos después a la cerca que marcaba el límite del cuadrante, deteniéndonos un momento para mirarnos un momento más.

Rebelión (WooSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora