Querido Diario;
Como hija de Atenea debería estar abierta a nuevas opciones, pero si te soy sincera la idea de escribir un diario me resulta estúpida, sólo hay que verme, es como si estuviese hablando con un pedazo de papel, que en realidad es lo que estoy haciendo, o escribiendo, bueno, pero según Silena escribir uno ayuda a pensar con claridad, ya que sacas tud ideas y las ordenas en una hoja.
¿Mi problema? Percy Jackson.
Ese estúpido crío de doce años, flácido y escualido (Aunque hay que ver que ya en ese entonces era sexy) ya no existe, ahora tiene músculos, creados por las horas de entrenamiento, luchas contra monstruos, y a decir verdad, me encanta verle entrenar, es como si se centrara en sólo una cosa, y todo lo demás dejara de existir cuando lo está haciendo, así como me siento yo, cuando estoy con él.
Pero, ¿De verdad valdría la pena arriesgar la amistad que hemos creado en estos años por un romance que tiene pocas probabilidades de funcionar? No lo sé, y me frustra no saberlo, odio no saber algo, mi cerebro me ordena no arriesgarme y quedarme con lo que ya tenemos pero mi corazón...
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Cierro el diario con fuerza. No ¡No me ha ayudado! Ahora solamente estoy más confundida, bueno, confundida no, y ese es el problema, ahora sé de mis sentimientos por Percy, algo que simplemente no quería aceptar, no queía afrontar, y ahora sé que es verdad, estúpido sesos de alga.
