Psychedelic Mind

Aún son jóvenes

Y nada volvió a ser igual.

Él intentó reiteradas veces de acabar con su vida. En el caluroso verano ya no podía usar camisetas cortas, ya no sonreía, buscaba consuelo en los brazos de cualquier persona que le demostrara un mínimo de interés.

Ella por otro lado, se encerró en si misma, mostrándoles a los demás lo que necesitaban ver, lo que ella quería mostrarles. En nadie confiaba, no se desahogaba, sonreía a todo e intentaba seguir adelante con su vida.

Por más doloroso que fuera, ese era el final de su hermosa historia. Esa corta historia tan bien formada con amor, un amor ingenuo. Amor que no puede ser llamado amor, por que los adolescentes no aman.

Ellos lo tomaron de maneras distintas,a ella le afectó menos. Ella había pasado por cosas horribles, ya estaba preparada.

Él por otro lado, se aferró demasiado a ella y a su manera de hacerlo sentir. Ella era el tesoro más preciado que poseía. Y por eso, la perdió para siempre...

Ambos hacen lo mismo, llega la noche y escuchan su canción, la canción que se dedicaron mutuamente. Esa que les parte el alma pero les recuerda el uno al otro.

En su máxima pena ella ya aceptó que todo ha acabado. Él no quiere ni imaginárselo.

Perdieron contacto, ya no hablan, ya ahora solo se piensan. Se desean tanto que casi se podría decir que están conectados. Que aún existe esa conexión de la primera mirada, el primer beso, el primer te quiero, el último te amo.

Ella se despidió sin darse cuenta que lo destruyó, ella se encargó inconscientemente de matarlo por dentro, dejando el más grande vacío que jamás tuvo en su pecho.

Ellos se necesitan, ellos son jóvenes y los demás dicen que no se aman. Ellos son lo más bonito que les sucedió en su vida ahora destrozada.