-Arriba Elisabeth ha llegado el día- dice mi madre mientras sube las persianas de mi cuarto.
Lo único que hago es darme la vuelta y taparme con el edredón hasta arriba para luego seguir durmiendo.
Cuando oigo los pasos de mi madre saliendo de la habitación me quito el edredón de la cara y me quedo mirando al techo. Cuando vivía en Austin siempre lo hacía, recuerdo que había una gran grieta y me gustaba mirarla cuando algo me preocupaba, pero ahora ya no está y no es porque la hayan tapado si no porque nos hemos mudado. Ahora vivo en Los Angeles, llegamos aquí a principios de verano, pero las vacaciones se han acabado y hoy es el primer día de instituto.
Por fin me decido a salir de la cama, camino hasta el armario y después de coger un crop top azul, unos shorts blancos y unas sandalias plateadas con plataforma me dirijo al baño para darme una ducha.
Una vez he acabado de ducharme me visto y me arreglo un poco ya que quiero causar buena impresión el primer día y con las ojeras que llevo no lo voy a conseguir. Después de eso salgo del baño y me encuentro a mi perro, se llama Harry aunque yo no le puse el nombre ya que cuando me lo regalaron por mi cumpleaños número 12 ya venía con una chapa que lo indicaba.
Salgo de mi cuarto y en el momento en el que empiezo a andar por el pasillo noto que alguien me empuja y me caigo al suelo, cuando levanto la vista veo al insoportable de mi hermano Ryan riéndose. Me extiende una mano y la cojo, pero cuando me doy impulso para levantarme me suelta y vuelvo a caer. Me pongo en pie, esta vez yo sola, mientras él sigue riendose. Solo para de reírse cuando me dedica una de sus hermosas frases que demuestra lo mucho que me quiere:
-¿Después de tanto tiempo sigues cayendo en la misma broma? Que tonta eres- y dicho eso sigue su camino hacia la cocina todavía riéndose.
Es increíble que un ser tan inmaduro tenga un año más que yo, y eso que yo, a los 16 años, no es que sea muy madura pero al menos no hago la misma broma infantil desde que tenía 9 años.
Cuando consigo tranquilizarme, empiezo a caminar por el pasillo, pero una vocecilla aguda me detiene, me giro y veo a mi hermana Madison vestida con un vestido de princesa y una tiara, pero en vez de llevar unos zapatos bonitos lleva las zapatillas que le regale por su 5° cumpleaños, al verla se me escapa una sonrisa.
-¿Que ha sido ese ruido?-pregunta mi hermanita de 5 años.
-¿Que ruido?-pregunto aún sin dejar de sonreir.
-El que ha sonado como si un elefante rosa se cayese - dice riéndose.
-¿Así que ahora soy un elefante rosa? - pregunto riéndome yo también, pero antes de que pueda contestarme le empiezo a hacer cosquillas.
Ella asiente varias veces sin dejar de reír. Al final dejo de hacerle cosquillas porque si no bajo ya a desayunar no llegaré a tiempo al instituto.
Cuando acabo el desayuno cojo mi mochila con mis libros, el almuerzo y el móvil. Me despido de mi padre, que está preparando el desayuno para mi hermana, y de mi madre que le está haciendo un peinado bonito a Madison para su primer día de colegio, por último me despido de mi hermanita para luego dirigirme hacia la puerta donde me espera Ryan para ir juntos al instituto.
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Elisabeth
FantasyUna familia normal más una vida normal es igual a una chica normal. Hasta ahi todo bien pero... ¿y si se altera uno de los sumandos o incluso los dos? El resultado cambiaría y todo lo que Elisabeth conocía dará un cambio de 180° revolucionando así t...