Reencuetro

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¡Advertencia!

"Lo que estas a punto de leer, esta inspirado tanto como en la imágen como tambien lo esta en los recientes capítulos del manga, si no vas al día con este último te sugiero no leer este one short, pero si lo haces, es bajo tu propia responsabilidad"


"No podía... definitivamente no podía ni tenía el derecho a recriminarle nada después de lo que Luffy y los demás nos contaban.

El cocinero, no tenía más opción, pues estaba acorralado sin un sólo rayo de esperanza para volver con nosotros. No puedo entender la magnitud de su desesperado actuar.

Según Luffy, el cocinero quería regresar y poder explicarles a la tripulación, a Luffy y a mí, todo lo sucedido en la isla "Whole Cake"

Sin embargo cuando Luffy le permitió al cocinero dejarlo a solas conmigo, éste me explicó detalles que no le había contado a nuestro capitán.

Pero lo que hizo que me quedara mudo, fue que de su boca salieron las palabras que por casi dos años espere que dijera.

No era el más indicado para decir nada hasta entonces, pues sus hermanos lo habían torturado y humillado como habían querido. Y qué decir de esa maldita mujer... Si hubiera sabido la verdadera de razón del porque te ibas, habría cortado a esa maldita con mis katanas.

Mientras me contaba aquello, me decía también que no le dolía el hecho de haber sido tratado como lo hicieron en aquella, le dolía pensar que si intentaba huir, uno de nosotros o uno de los idiotas del Baratie, pudieran morir si lo intentaba.

-No quería que nadie muriera, aunque fuera a costa a de mi libertad-

Como seguíamos sentados uno frente al otro en la caseta, Sanji no era capaz de levantar aun su mirada. Seguro se sentía avergonzado por todo lo que había pasado aquella vez, cuando Luffy le pidió que regresara con nosotros. Aquella falsa y dolorosa pelea entre el cocinero y el capitán.

Y si no me sentía con el derecho de reclamarle por su estúpido comportamiento, se debía al hecho que yo, como su compañero no había podido ser de ayuda para mi nakama, no estuve ahí para evitar que lo hicieran llorar, no estuve ahí para impedir que lo humillaran...

De pronto dejó de hablar, oportunidad que aproveche para levantarme de mi lugar para junto a él y estrecharlo contra mi cuerpo. Entonces soltó del todo su llanto. Llanto del que me contagie al notar lo desgarrado que este sonaba. Y quede aún más impresionado al sentir sus manos aferrando su camisa con fuerza a la altura de su corazón y su cuerpo temblando cuan hoja a punto de caer.

-¡Como lo siento Zoro!- gritaba -¡Siento tanto haberles fallado, y haberles mentido... y haberte mentido especialmente a ti... al estar en esa habitación no hacía nada más que pensarte, preguntándome si estarías bien... si pensabas en mi como yo lo hacía en ti...!-

Otra vez guardo silencio y se apartó de mí, cubriendo su boca entre sus manos aun temblando ligeramente.

-Lo siento... no tenías que... oír eso...- decía mientras se agitaba intentando por todos los medios que viera su sonrojada expresión.

Comencé a reír al ver tan infantil gesto de cual adolescente enamorado.

-¡No te burles de mi estúpido Marimo!- dijo y tome su mano para acercarlo por segunda vez a mi cuerpo.

-Eres incluso más valiente de lo que creí- le dije y su llanto se detuvo, estaba oyendo cada una de mis palabras -No solo enfrentaste a tu familia por nosotros, sino que guardabas esas palabras en lo más profundo de tu alma, pensando si alguna vez podrías liberarlas- ya serio otra vez lleve mi mano hasta sus dorados y finos cabellos, los que acaricie con cariño.

-Si tus palabras son realmente honestas quiero que me mires a la cara y que lo repitas-.

Levanto su lloroso rostro sonrojado, lo que provoco que el mío se volviera igual o más rojo.

-Desde que te ví en los carteles de la marina me cautivaste, y cuando al fin te tuve frente a mí, debí guardar todo esto y fingir que te odiaba. Cada estúpida pelea era el pretexto perfecto para tocar tu piel y perderme con la mirada en tu cuerpo... y aunque sé que sólo soy un nakama más para tí, creo que moriré si no digo esto...

Trato de calmar un poco sus sollozos, limpiaba a menudo su nariz y su ojo estaba ya muy hinchado de tanto llorar.

-Yo te quiero Zoro, y estoy seguro que esto cambiara la relación de nakamas que tenemos ahora, pero si no decía aquellas palabras...

Acaricie su mejilla, tan suave como mi manos la recordaban. Mi expresión no parecía haber cambiado tras aquella confesión, pero no podía evitarlo, soy una persona de un orgullo tan grande y fuerte como los yonkou.

-No tienes que decir nada más- lo interrumpí - me es suficiente con eso.

Y poco a poco mis ojos fueron cerrándose hasta sentir en mi boca aquel sabor del tabaco que no dudo siempre ha estado en los labios del cocinero.




Notas:

Este short, salio tras encontrarme con la imagen que esta arriba (ver inicio de la historia) y aunque estoy algo adolorida de mis muñecas, no podía dejar escapar la posibilidad de escribir sobre ellos, dado de como va el manga.

Es más corto de lo que suelo escribir pero espero de igual manera les guste.

Nos veremos en la próxima actualización.

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