Noches en vela

Delirio 1

           Hace tiempo me prometí a mi misma acabar con mis delirios por compasión a mi cansado lápiz. Como solución le pedí un último favor, que firmara el contrato que me prohibiría escribir más palabras agonizantes, de esas que bajaban estranguladas desde el corazón hasta la punta de mis dedos sin pedirle permiso a la cabeza para acabar en el papel. Mi lápiz, feliz de escapar de las riadas de amargura que tanto me caracterizaron, estampó una floritura y se jubiló en el lapicero. A veces lo veo, y como somos viejos amigos trabajamos de vez en cuando en un nuevo texto o en alguna redacción que me mandaron hacer. Así, en una época feliz fui dejando atrás los delirios y las noches en el balcón con baladas tristes como única compañía. Una época feliz que se va resquebrajando, y cuanto más triste más grande es la coraza que me rodea y más vulnerable a mi misma soy. Pensamientos danzantes me van dejando sin fuerzas, poco a poco. Siento la culpa corroyéndome por dentro, se me revuelven las entrañas y ¡puf!, ya tenemos otro magnífico delirio escrito en papel. Puedo sentir las miradas de odio que me lanza el lápiz. Teníamos un trato, lo sé. Ya que no le puedo ser leal ni a un objeto me tendré que ser leal a mi misma, y mi alma me pide a gritos que lo suelte todo, que busque un yacimiento de grafito si es necesario para calmar este temporal que vive en mi. Porque realmente soy una tormenta de pensamientos, cada uno contradice al anterior y me encuentro suspendida en una nube de confusión, y temo a precipitarme contra el suelo como hace la lluvia. El agua, por lo menos tiene un ciclo, pero, ¿Quién me garantiza a mi que las cosas volverán a su punto de partida?. Si intentara hacer realidad mis anhelos tal vez me quedaría sola en el mundo, o lo que es aún peor, le pediría al mundo que me dejara. Me imagino unos ojos azules llenos de dolor y confusión. Lo sé, se que no sería justo para ti. Tal vez eso es lo que nos impide terminar de encajar, tengo la culpa en cada rincón de mi ser, un animal que me amenaza con hacer locuras. Me calmas. Puede parecer increíble pero, cuando estoy contigo todo se esfuma y mis tormentos me parecen tan estúpidos... Vuelvo a otro callejón con muchas salidas y de perderme, preferiría hacerlo en tus ojos.

00:36, Lunes 6 febrero.

"Si nada nos salva de la muerte, por lo menos que el amor nos salve de la vida"

Si necesitais desahogaros una hoja de papel puede ser vuestra mejor amiga, el lápiz lo entenderá, estoy segura.