Historia de amor, locura y una pasion inesperada

El inicio de todo

Hoy decidí levantarme temprano, por que tenía una iniciativa, contaba con el firme propósito de iniciar bien el primer día de trabajo como guardián real de la familia Luminara, cuidaría al la señorita Mariana, la princesa de la dimensión del eterno verano y futura gobernante de dicha tierra, y como es que yo, taylor York llegue a conseguir este puesto?.

Simplemente que tenía una capacidad de calcular riesgos y peligros inigualable, mi logística en situaciones de riesgo era inmediata y por supuesto tenía mis sentimientos bien ocultos enterrados en lo más profundo de mi,lo hacía con el firme propósito de no enamorarme, de no ser presa fácil a una decaída emocional y por el simple hecho de que yo no estaba interesado en el amor esta es mi historia:

Capítulo 1 Cara a cara

A primera hora de la mañana me bañe, prepare el desayuno, alimente a mi pastor alemán luna y fui directo al trabajo, me perdía entre la gente, caminando hacia el trabajo, escuchaba música y pensaba en planes a futuro, que haré con el primer pago?, me comprare una guitarra?, debería terminar mi entrenamiento de defensa contra las artes obscuras?, tenía mucho por venir, este trabajo significa mucho para mi así que no perdería oportunidades posibles con esto,

Llegue al castillo y esperaba en la sala a la señorita Mariana para nuestro primer encuentro rutinario, revise mi traje y me mire en el reflejo del espejo que había en la mesa de bienvenida,esperando lucir dígnamente para acompañar a la joven.

-buenos días- .

escuche una voz femenina en tono gentil , mire y era la joven Mariana, di una sonrisa Cortés

-buenos días señorita Luminara-.

Ella sonrió y puede notar algo extraño en su mirada, sus ojos eran de tono rosa fushia, y note tres cristales en su piel uno en el medio de su frente y dos en sus manos, uno en cada una de ellas, al parecer por mi mirada perdida en esos curiosos cristales la señorita carraspeo obteniéndo mi atención

-joven?-.

Regrese mi mirada a ella

-Taylor Benjamín York, a su servicio-.

La chica empezó a caminar.

-sigame vamos a hablar-.

Camine detrás de ella mi mire extrañado los cristales que tenía en sus manos y frente, la chica me miro de reojo y sonrio ligeramente.

-le dan curiosidad, cierto?-.

La mire algo apenado y carraspee un poco.

-si un poco, discúlpeme señorita Luminara-.

Ella sonrio.

-no se preocupe no es el primero que se detiene a verlos-.

Suspire algo incómodo.

-supongo que no-.

La mire caminar tan tranquila, como si ya se hubiera acostumbrado a eso.

-no se preocupe...-.

esas fueron las últimas palabras en las que le puse atención a la señorita, mi mirada y un instinto de descubrir tanto misterio en esta chica inundaron mis sentidos,

Pasaron algunos días y yo seguía a cargo de la chica su rutina era bastante tranquila hasta para ser una princesa, cosas como deberes reales de princesas eras cosas muy simples, tareas que cumple con una singular paciencia y con una sonrisa amable, pero como le hace? digo acaso no se cansa de tanta gente encima de ella todo el santo día ?, Si yo me harto de mi mismo de vez en cuando no veo por que ella no podría cansarse o simplemente yo soy algo susceptible con el hecho de tener compañía ya que me gusta estar solo ...

-señor York-.

Musito la señorita mientras le hacía compañía en el jardín.

-si señorita?-.

Me puse de una manera atento, la señorita se encontraba mirando las flores de temporada que se encontraban en el jardín.

-usted cree en leyendas y cosas viejas?-

Mire a la joven un poco extrañado ante aquella cuestión

-claro que si, son cosas del pasado que tienen algo que aportar hacia nuestro futuro-.

Ella sonrió ladinamente.

-las leyendas nos enseñan muchas cosas señor York más sin embargo el mundo siempre esta quejándote de una vieja pero poderosa leyenda-.

Realmente no sabía de que hablaba ella, me imagino que hablaba de alguna vieja leyenda de este reino o algo así

-pudiera saber cual leyenda dice usted?-.

Tras una leve sonrisa regalada hacia las flores musitó.

- la del amor señor York-.

Suspire algo incómodo por el tema

-si me disculpa señorita, ese tema a mi en lo personal no me gusta, no soy bueno hablándolo-.

Y la verdad así era, el amor era una cosa que ya no creía en el por diferentes circunstancias, ella simplemente siguió su rumbo por el jardín musitando algunas palabras poco audibles por el tono de voz en que lo dijo

Capítulo dos El baile tradicional de verano.

Llegaba uno de los días más importantes de esta dimensión que era el baile tradicional de verano todos traían sus máscaras y antifaces coloridos mientras disfrutaban del ambiente y la buena música que se ofrecía en aquella dicha ocasión, siendo mi manera de ser no acostumbraba a ir a esos bailes, me quedaba en casa con mi mascota a leer un rato o simplemente terminar algunos pendientes por hacer aquella tarde del día del baile la señorita me había pedido que la acompañara al pueblo en busca del antifaz perfecto para ella, sinceramente esas cosas las encontraba un poco agenas a mi, ya que nunca habia sido parte de esas celebraciones ya que me la pasaba en casa comiendo algo delicioso y pasando el tiempo con mi perrita

-taylor-. musito Mariana mientras se encontraba mirando los vestidos y antifaces en la tienda .

- si señorita? -, le segui sin perderla de vista.

- de que color sera tu traje para la gala?- me miro con una calida y ladina sonrisa.

Traje para la gala? yo nunca habia pensado ni siquiera el hecho de querer ir a aquella fiesta, crei que seria dia libre mas sin embargo nadie mas cuidaria a la señorita...

- aun no lo he pensado señorita, no contaba que fuese requerido para ello-.

Ella sin perder de vista los vestidos siguio caminando.

-pensaba que los dos podriamos ir del mismo tono, ya sabe usted estara conmigo en todo momento y sinceramente pienso que se veria bien, solo le pido que si no esta usted de acuerdo con la idea sientase en libertad de decirmelo-.