Mi ascenso a princesa

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Me encontraba durmiendo en un sofá de la biblioteca ya que me pasaba las horas buscando información sobre el mundo exterior.
Desde que Padre murió en aquella batalla, se me había encomendado el deber de proteger nuestro clan, sin embargo, Madre se opuso y me cedió la corona a cambio de ella ser la nueva cabecilla de nuestras tropas.
Lo que madre no sabia es que yo ya tenia un dominio completo de la espada y siempre que tenía un rato libre, salia con Kail a combatir contra algunos monstruos de la oscuridad.

- Ashgria-sama, todo para su coronación esta listo.- me dijo una de las sirvientas mientras me agitaba del brazo para hacerme despertar.

- Gracias Bella, en un momento estaré lista.- le respondí en un tono serio pero con un sonrisa.

En todos los años de existencia del clan, yo seria la heredera más joven, pues tan solo tenía 15 años pero eso no me asustaba, pues era más madura que las personas de mi edad.

Cuando ya estaba todo preparado y yo lista para la coronación. Ocurrió.

Unas explosiones nos alarmaron y luego los cristales comenzaron a romperse tras el impacto de piedras. Por la puerta principal comenzaron a entrenar ninjas adiestrados por las sombras.

- ¡Princesa!- exclamó Bella mientras era apuñalada por la espalda.- ¡Huya, por favor! No se preocupe por los demás...- cayó al suelo tras esas palabras.

Aún era joven y sentí miedo, por lo que corrí y corrí.

- ¡Ashgria!- escuché detrás de mi, al girarme vi a Kail

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- ¡Ashgria!- escuché detrás de mi, al girarme vi a Kail.- Me alegro de ver que estás bien... Pero tu rostro cubierto de lágrimas me dice que presenciaste algo horrible... Vayamos a por Siliph

Mi fiel espada y compañera, al recordarla volví a correr hacia las caballerías donde la escondía. 

- Ahora sí, vayamos a por eso malditos ninjas.- dije con los dientes y puños apretados.

Nos enfrentamos a ellos con todas nuestras fuerzas, pero fue en vano

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Nos enfrentamos a ellos con todas nuestras fuerzas, pero fue en vano. Hirieron a Kail en la pierna y el brazo por defenderme, el clan estaba siendo reducido a cenizas...
Yo me derrumbe y comencé a gritar mientras lloraba cuando vi el cadáver de mi madre.

Kail quedo insconciente por tanta pérdida de sangre, así que me lo lleve de allí hasta la frontera sagrada, nuestro lugar secreto, donde ninguna alma no pura podría penetrar jamás.
Allí estuvimos hasta la mañana del día siguiente.

- Ohayō, duermes como un oso Kail.- dije con una suave risa.

- Ohayō, Ash-chan

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- Ohayō, Ash-chan.-me devolvió la sonrisa- Estás mejor por lo que veo ¿no?- asentí.- Bien, entonces volvamos al clan a buscar alimentos, armaduras y quien sabe, a lo mejor hay supervivientes.

Por el camino me contó lo sucedido.

- ¿Sabes? Esto seguramente sea la profecía.

La profecía dictaba que el día donde el ciclo del universo se rompiera por cometer un acto que no debió pasar, el mundo se rompería y las sombras dominaran el nuevo mundo si alguien no las detenía.

- ¿Crees qué el acto que no tuvo que suceder fue mi coronación?- pregunte algo melancólica.

- Quien sabe, de todos modos lo que si creo que es tú y yo somos quien les pararemos los pies a las sombras. Tengo un colega en el clan yįūx que seguramente este vivo después de anoche, cuando nos preparemos iremos y los 3 comenzaremos con la búsqueda del cristal y le devolveremos la luz.

Si tan solo hubiera sido tan sencillo Kail...

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora