I. Gold Coast.

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-No puedes hacerme esto Az!
Lea era mi mejor amiga desde que llegué aquí, para ser honestos siempre estoy moviéndome de lugar, nunca me encariño tanto con nadie, lo máximo que e vivido en algún lado ha sido 3 años y es este, lo más cerca que tengo a un hogar. Mi hermoso Argentina. 

Sin embargo yo nací y crecí en México. Mi madre y mi padre se conocieron en Florida, y desde entonces solo viajan y viajan. Ambos se enamoraron por si gusto a los viajes y conocer y claro ayudaba que mi padre es un magnate en negocios así que cada que se abre una nueva oportunidad no dudaba en aferrarse a ella.

-¿Tú crees que quiero esto? Eres la persona más cercana a mí después de mis padres, no quiero alejarme de esto, de verdad-. Dije mientras Lea me miraba con sus grandes ojos cafés lagrimeando y a mí solo me venían unas ganas enormes de gritar.

-Te mudas a Australia, ¿tienes idea de cuán lejos está?- agache la mirada, si, era bastante lejos y no podía hacer nada para quedarme aquí. 

Nos abrazamos un largo rato hasta que tuve que despedirme, el vuelo salía mañana y aún no estaba del todo lista. Recogí mis cosas de su habitación y ambas salimos llorando a despedirme, incluso abrace a su hermanito menor que también lloraba. 

-¡Te voy a extrañar tanto! Lo sabes bien- escuchaba que gritaba Lea mientras me alejaba, me giré y le lance un enorme beso mientras mis lagrimas aún caían.

Al llegar a casa todo era un caos, mama daba vueltas por todos lados y mi padre no dejaba de hacer llamadas, la casa se veía vacía sin ningún mueble y había 4 cajas grandes llenas de cosas con significado que es lo único que cargábamos cuando nos movíamos de lugar, y claro nuestras cosas personales.
-Azura, recuerda poner la alarma, salimos temprano-
-Si, lose, te amo.- entre a mi habitación y examine si no olvidaba nada.

El siguiente día en punto de las 3:00 pm llegamos a Australia, para ser específicos Gold Coast. Una ciudad realmente bonita, me gustaba que tuviera playa, de hecho era mi parte favorita, todo lucia muy bien, y hasta podría decir que sentía que debía estar ahí. Como si no pudiera sentirme mal por dejar Argentina, había algo aquí que me hacía desear quedarme. 

La casa era bonita, era grande pero no tanto, había 4 habitaciones, y elegí la que tenía una hermosa vista al mar, me encantaba, está cerca de la costa y podía entrar el olor a agua salada por mi nariz. 

-es lindo no crees?- mama se recargó en el marco de la puerta mientras sonreía
-si, lo es ¿puedo salir a caminar?- me giré hacia ella y ella se acercó a darme un beso en la frente, -Anda ve, me cuentas cómo es todo así que fíjate bien- iba bajando la escalera cuando escuche su grito -No te vayas a perder Azura!-
Salude a papá con la mano y salí de ahí

Camine unas cuantas cuadras, y baje por un barandal que se dirigía al mar, debí haber llegado a una clase de fiesta, pues había varios adolescentes muy animados. Bien, tengo 17 pero aún así las fiestas nunca han sido algo que disfrute. Camine por ahí hasta llegar a la orilla del mar, no quise alejarme ya que si me perdía no sabría que haría, mejor me quedo cerca de la civilización.

 Me senté en la arena y vi el mar un rato, estaba atardeciendo y se miraba increíble, llevaba unos shorts de mezclilla y una blusa de encaje negra, tenía mis sandalias acomodadas a lado pues no quería llenarlas de arena. Mi piel es blanca pero está quemada por el sol, tiene destellos que la hacen ver dorada, pero a mí me encanta como se ve, mi cabello es ondulado y rubio cenizo, podrían confundirlo con castaño pero aún así es bastante claro, casi como miel que le hacían mucho contraste a mis ojos verdes.

Todo era demasiado tranquilo, me gustaba este lugar, incluso aquí en medio de esta fiesta me sentía cómoda, gire mi cabeza, todo se veía muy divertido, así que me acerque un poco y me senté en unas sillitas hechas con troncos partidos a la mitad, todos parecían llevarse muy bien, hasta que una chica se me acercó
-hola! ¿Eres nueva aquí?- tenía una sonrisa de oreja a oreja y una piel morena muy bonita
-si- me reí por lo bajo -soy Azura, un gusto- le tendí la mano y ella soltó una carcajada pero la tomo
-Bethany, pero dime Beth- asentí y me sentí genial de haber hecho una amiga, ella continuó hablando, -es fácil reconocer a los nuevos por aquí, es una ciudad pequeña, por cierto eres muy bella ¿de donde vienes?- eso me punzo un poco el corazón, extrañaba Argentina y México.
-pues, soy latina, nací en México- Beth me miró con intriga
-puedo notarlo en tu acento, que genial poder conocerte, ven únetenos- se levanto y me tomo la mano. Caminamos a un grupo de chicos que conversaban, no tardaron en prestarme toda su atención
-Ella es Azura, viene de México! Háganla sentir cómoda tarados!- me agradaba mucho Beth!
Los chicos me miraron sonrientes, no parecía el tipo de sonrisa que tienen los pervertidos o los que quieren ligarte, más bien era una sonrisa de "hey seamos amigos" y eso me agradó un montón.
Se presentaron uno a uno, eran 4 chicos.
Después de pasar un poco el rato mi teléfono timbro y supe que era mama, conteste y estaba en lo correcto, quería que fuera a casa.
Me despedí de todos y me pregunté si los vería de nuevo cuando entrara a la escuela.
me puse las sandalias al salir de la arena y comencé a caminar
De pronto todo pasó muy rápido
Un chico venía corriendo y yo apenas trataba de orientarme, creo que el no me noto pues me tiro al suelo y siguió su camino como si nada
-Oye tú! Idiota!- el chico misterioso apenas se detuvo un poco y volteo a verme, una intensa mirada grisácea escaneo mi cuerpo y con una voz de total indiferencia dijo -Estarás bien chillona- abrí la boca indignada y el siguió su camino.
Me paré del suelo y sacudí mis piernas, me sentía enojada, el chico era alto y musculoso, tenía el cabello rubio y pareció no impórtale el haberme tirado, o quizá yo era demasiado débil y no pude mantenerme en pie cuando chocó conmigo. De cualquier manera, fue indiferente y poco caballero. Y en ese momento solo quise darle un gran puñetazo en la cara. Articuló 3 palabras y fue suficiente para decir que esperaba no volver a verlo. 

Ay pero que tonta fui al pensar aquellas palabras. Por que ese día se marcó todo mi destino.

¿Que es amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora