Capítulo 1.

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-"Louis vamos a jugar porfavorsito ¿sí?"- Su voz era la de un pequeño angelito que llegó a la vida de Louis hacerla un sufrimiento pero a la vez maravillosa.

-Vale Hazz, vamos a la caja de arena.- Tomó la delantera, ese chico era más grande que él por unos 3 años, pero eso no impedía tener esa hermosa amistad.

Ambos chicos fueron llevados al orfanato ya que sus respectivos padres no tenían tiempo para los niños. Harry fue a quien llevaron más pequeño, con tan solo 2 años de edad, se encontraba con niños, bebés, adolescentes, etc... Pero, Louis de 5 años vió la llegada del pequeño, su mirada era de dulzura y protección a la vez.

-Vaya, vaya, los maricas jugando a los pastelitos.- Brayan, el chico más grande del orfanato, siempre se la pasó insultando a los dos pequeños.

-Brayan, vete de aquí.- El niño castaño se dirigió rudamente al mayor, éste le miró mal soltándole un golpe y carcajeándose. Harry al ver a su mejor amigo tirado comenzó a llorar, se puso a su lado acariciando su mejilla morada.

-Lou, pediré ayuda ya vengo.- El rizado moqueaba hipando al ver tan mal a Louis, soltó de su mano y fue en busca de la superior. Al encontrarla, le explicó lo que sucedió y ambos fueron al lugar donde Louis estaba desmayado.

-Mira como te ha dejado Brayan, creo que lo expulsaremos de éste orfanato.- Proclamó enojada al ver a uno de sus miembros golpeado. Harry no miraba la hora que Louis despertara, la directora lo llevó a enfermería para darle reposo. Después de unos minutos, Louis comenzó a lloriquear por el dolor y a la vez toser.

Harry se avalanzó en sus brazos dejando un beso en su mejilla. -Me alegra que hayas despertado Lou.

Louis miró fijamente a Harry, este tenía los ojos rojos de tanto llorar, sus finos labios con color carmín, cada detalle de él, sonrío tontamente pasando varias veces la mano por su mejilla recordando el beso de Harry.

¿Qué me está sucediendo? ¿Qué son estos movimientos extraños en mi estómago? ¿Por qué sonrío tanto ante su beso? Preguntas que nadie podría contestar a esa edad.

Ambos niños se quedaron hablando horas y horas hasta que se dio de noche y tenían que ir a sus respectivas habitaciones. Ninguno quería seguir lejos del otro así que aún estando en la enfermería durmieron abrazados en la camilla.

El amor que los niños se sentían era algo más grande que lo actual en la sociedad, eran felices, sin preocupaciones. Ninguno entendería el sufrimiento que les vendría.

Harry había dormido plácidamente en los brazos de su mejor amigo, nunca antes se había sentido tan bien y vivo.

Al despertar se perocató de con quien estaba, sus mejillas sonrojadas  daban entender que soñó algo gracioso, todos lo sabían, en especial L.

Un beso.

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