Capítulo único.

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-¡KIM NAMJOON! ¿¡CUANTAS JODIDAS VECES TE HE DICHO QUE NO DEJES LAS TOALLAS MOJADAS EN EL BAÑO!?- Gritaba un exasperado Seokjin desde el pequeño baño para que su novio lo escuchara desde el otro extremo del departamento.

-¡PERDOOOOOOOOOON, LO OLVIDÉ!- Gritaba Namjoon desde la cocina, ese parecía una casa de locos, o eso pensaban los vecinos.

-Tus disculpas no lavan las toallas, sucio.- Escupió Seokjin enojado, esa era la tercera vez esa semana, y de verdad le estaba hartando la actitud de su pareja, que lamentablemente no erradicaba solo en toallas húmedas en el piso, sino en todo tipo de conductas “desagradables” –esa era la palabra que Jin usaba- en la higiene de su baño compartido. Dejaba la pasta de dientes abierta, salpicaba mucha agua al suelo, no levantaba la tapa para orinar, nunca reemplazaba el papel higiénico, y un largo etcétera, que estaba transformando la vida de pareja soñada en un sucio, sucio infierno. Es verdad que a veces Seokjin era un poco exagerado y sacaba su lado de niño mimado en el tema de la limpieza, pero vamos, no era un maniático, y fue bastante considerado con su pareja las tres primeras semanas, pero que ya habían pasado seis y no había un cambio, era tiempo de tomar medidas.

-Perdón Princesa- dijo Namjoon interceptando a Jin en el pasillo y abrazándolo por la espalda, su novio decidió ignorarlo haciendo morritos molesto.- Vamos bebé- y lentamente comenzó a repartir besitos en su cuello y hombros, sintiendo como Jin se retorcía despacito bajo sus mimos, y es que no lo podía evitar, esas eran las cosas que le enamoraban cada día más del moreno, era un novio atento y cariñoso, no le discutía mucho y siempre cumplía sus caprichos raros como comer pollo frito a las tres de la mañana mirando la saga completa de “Harry Potter”.

Conocía a Namjoon hace cuatro años y de esos tres que eran novios, si se preguntan porque solo tres de los cuatro es por puro capricho de Jin, ellos se conocieron en una fiesta de la facultad de humanidades de la Universidad de Seúl, en la que Namjoon estudiaba literatura y Seokjin fue invitado por su amigo Junmyeon que estudiaba derecho allí, él estudiaba teatro en la facultad de artes que estaba al otro lado del campus. Podría decirse que fue solo atracción física al principio –o eso quería creer Jin- ya que al ser presentados por su amigo en común y charlar un rato entre ellos prendió una chispa vibrante que no podían definir como “amistad”. Desde ese día se pasaron los números y charlaban a menudo por KakaoTalk e incluso se juntaban a almorzar, pero Seokjin negaba cualquier gusto por Namjoon aunque en su interior la princesa que llevaba se derritiera cuando el moreno mostraba sus coquetos hoyuelos al cruzar miradas. ¿La razón? Simple, Seokjin era el chico más popular y guapo de teatro, Namjoon también era indudablemente un bombón –como decían las chicas mientras cuchicheaban en los patios- pero era básicamente un ratón de biblioteca, muy diferente al entorno de Jin, lleno de gente más bien “popular” y superficial, acostumbrados a hablar sobre tópicos irrelevantes, como la nueva colección de Dior o el ultimo chisme de la facultad, a Jin no le molestaba, pero tampoco le hacía ilusión. Lo que le encantaba de Namjoon era que podía hablar desde que desayunó hasta porque la segunda guerra mundial causó un quiebre en la política universal, y eso causaba estragos en las mariposas que vivían dentro del estomago de Jin. Aún así su lado diva le impedía aceptar que había caído de rodillas frente a Kim Namjoon, el chico más inteligente y “nerd” que podría haber conocido en esa fiesta. Y en eso de tire y afloje se pasaron un año, los últimos meses estuvieron llenos de miradas cómplices y caricias tiernas, probando los labios ajenos y pasando la mayor parte del día juntos, para cuando Namjoon decidió que era tiempo de formalizar su relación y Jin sin siquiera dudarlo aceptó, ya la mayoría de la universidad los había visto tomados de las manos mientras se daban uno que otro beso inocente en la mejilla. Los amigos de Jin fueron mucho más compresivos de lo que pensó, ya que según ellos desde que apareció el moreno en su vida él brillaba de una manera hermosa frente a los demás, por el otro lado los amigos de Nam le felicitaron y aplaudieron a Jin por sacarlo de la biblioteca a que conociera el mundo.

Baño Compartido [One-Shot NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora