True Love - Un Fanfic de Anangel

Patriarca

Aunque para todos era día de San Valentín, Patriarca no pensaba que fuera una fecha importante.

Sólo para que lo sepan, Patriarca es la persona más perfecta de este mundo.

Hacía algunas semanas que se decía que Ángel sentía cosas por Ana más allá del cariño.
Si bien, Ana lo quería como a la mayoría de personas que ella conocía, (excepto a Patriarca, porque a pesar de  ser el ser más perfecto de la historia, nunca había tenido una novia en sus ya avanzados 13 años) no sentía lo que Ángel sentía por ella.

Ángel no era un ser particularmente bello, se caracterizaba por su tez morena, sus vacíos ojos cafés y su sobrepeso.
Ana, si bien no era Remedios la bella, se caracterizaba por ser una mujer de buen ver, tenía unos penetrantes ojos color avellana y una sonrisa que haría caer despavorido hasta al más valiente de los guerreros.

Pero ese día era diferente.

Patriarca llegó como cualquier otro día al CAP, se encontró a Ángel en la entrada, cosa no muy usual ya que él usualmente estaba en el 2ºD de secundaria, huyendo del viento tan frío frío que azotaba las calles de territorio Peña en las primeras etapas del año.

-Tengo miedo- dijo Ángel -, tengo miedo.

-¿Lo vas a hacer?- le preguntó Patriarca.

-Creo que sí. ¡Pene!

Patriarca miró a los ojos a Ángel. Los dos tenían la misma estatura, pero Patriarca era ligeramente más alto.

Pero sin decir palabra de despedida, Patriarca se dirigió al salón 2ºD de secundaria.

Ahí encontró a todos: al imbécil, al imbécil y al otro imbécil. Pero de toda esta concentración de gentuza, Patriarca se fijó en Ana, que tenía su celular en la mano.

Pero rápidamente, su corriente de conciencia se vio interrumpida por Juno, una mujer que no podía ser considerada una santa.

-¿Qué te dijo?- empezó ella con su voz tan aguda -¿Lo va a hacer?

-Me dijo que lo va a hacer- respondió el otro -, pero que tiene miedo.

Ella había dado de su dinero para comprar las tres rosas que serían entregadas a Ana esa misma tarde.

-Ok...- dijo ella, un poco sacada de onda.

Acto seguido, se dispuso a abrir su mochila Victorinox para ver cuánto dinero le había encomendado su madre para comer a las 11:30 de la mañana.

$50, más los $26 del día anterior y los $13 del día ante anterior, el resto del dinero ya había sido guardado en alguna cuenta bancaria.

Entonces empezó a pensar: «si sigo a este ritmo, al final del primer semestre del 2017 ya tendré $1,500. ¿Qué haré con tanto dinero? Tal vez podría poner mi flotilla de mototaxis... "Mototaxis Patriarca", no suena mal; podría poner mi puesto de tacos de pescado... o algún otro negocio por si las moscas... bien dicen por ahí "soñar no cuesta nada".»

Y así pensó hasta que las clases empezaron en verdad. Se sentó y se preparó para aburrirse como todos los días.