Raras veces tenían los Weasley la oportunidad de quedarse completamente solos, es decir, sin la compañía de sus padres, solo los 7 hermanos. Aquella noche había sido asignada una importante misión de la Orden a ambos padres Weasley y fue por ello que le dieron a Bill y a Charlie la encomienda, como en los viejos tiempos, de -cuidar- a sus hermanos, a pesar de que la más pequeña tenía ya 16 años…
Los hermanos estuvieron reunidos después del atardecer y luego de hostigar hasta el cansancio a la única fémina presente a que les hiciera de cenar, lo lograron. Bill comprensivo y afable como siempre la ayudó a hacer chilaquiles para todos. Todos se reunieron alrededor de la mesa de la sala para estar sentados en el piso sin ninguna formalidad y con la exigua iluminación de un par de velas.
A la cena le siguieron comentarios a cerca de todo y nada a la vez, así como algunos momentos de silencio. Seguramente se habrían ido a acostar si no hubiera sido porque los gemelos resaltaron el hecho de que era la primera vez que se reunían así, a una edad en la que ya podía ser divertido estar reunidos solos. Algunos asintieron, otros se sonrieron y Percy simplemente miró con desconfianza sobre a qué podían referirse exactamente. Seguido de ello vino la creatividad de los gemelos y la disposición de los demás, se desocupó la mesa y sacaron una baraja española, el juego sería muy sencillo… solo estarían sobre la mesa 7 cartas, todas de oros y quien obtuviera el As tendría el derecho de preguntar lo que quisiera a otro de sus hermanos, abriendo tema por si los demás deseaban también preguntar algo a cerca de ese mismo tema.
Bill se sonrió ante la propuesta sabiendo que muy probablemente los más atacados serían él y Charlie por ser los más grandes, pero le divertía la idea de pasar un buen rato con sus hermanos como alguna vez llegó a hacerlo con sus compañeros en Hogwarts. Charlie con el mismo pensamiento de Bill, creyó que sería de los más cuestionados de la noche dado que era el único miembro gay de la familia, y con seguridad les sobrarían las preguntas.
Percy por su parte, estaba algo reticente, si bien era cierto que no había nada demasiado terrible que ocultar en su vida, sentía que detrás de las intenciones de los gemelos estaba su propósito favorito: ridiculizarlo; y sabiendo que él es el más discreto y reservado con su vida seguramente lo cocerían a preguntas. Los gemelos por su parte tenían la curiosidad tan estimulada con tal variedad de posibilidades de revelaciones entre sus hermanos que se olvidaron un poco de que también podían ser blanco de ellas, realmente lo olvidaron…
Ron tenía algo de miedo a pesar de que no sabía exactamente de qué. Si bien sabía que los gemelos y sus demás hermanos podían ser de peligro con las preguntas, él no creía tener nada grave que decir; bueno, grave nada… pero seguramente encontrarían la manera de ruborizarlo hasta que la sangre le saliera por los poros.
Finalmente Ginny, después de escuchar la propuesta tuvo la urgente necesidad de irse a la cocina con todos los platos y lavarlos, y limpiar la cocina, y fregar el piso y lavar la ropa, etc, etc, con tal de evadir las preguntas que, siendo la más pequeña y única mujer, le lloverían con seguridad. Definitivamente prefería dejar la casa como espejo antes de sentarse a esa mesa con ellos.
Pero nadie se atrevió o encontró la manera de evadir el juego, después de todo son hermanos y no hay nada que ocultar entre familiares. Todos se sentaron alrededor de la mesa en el siguiente orden: Bill, Ginny, Percy, Ron, Charlie, George y Fred cerrando al lado de Bill. Las cartas se revolvieron por mano de Bill como cabeza de familia esa noche y a la voz de George cada quien tomo una carta. La carta más alta le quedó a Percy que lució claramente aliviado.
–Adelante- dijo Fred con una sonrisa sarcástica invitándolo a preguntar.
–Fred, ¿tuviste algo con Angelina?