Capitulo 3

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Elizabeth fue.. ese gato que se enamoró tanto que negocio sus 7 vidas por una sola, conmigo...

Me llenaba los ojos de amor cuando la veía sonreír.

Yo la miraba a ella y lo sabía tan claramente, como sabía que iba a morir.

Que la había amado más que a cualquier cosa vista o imaginada sobre la tierra.

Y admito, mi forma de amar es bruta, diáfana y sin frenos que amortigüen.

...

Después de haber cerrado suavemente la puerta de casa Cliff y Corinne se tomaron la molestia de dejarnos en la total incomodidad.

Yo apenas sabía su nombre,  y que esas caderas me estaban volviendo loco.

No obstante siempre mantenía esa idea de "Hay muchos peces en el mar " queriéndome decir que ella es sólo una chica más. Y hay muchas más por las cuales yo podría estar dando amor ahora en vez de estar con ella sin decir una sola palabra.

Pasaron muchas preguntas por mí cabeza y me arme de valentía para poder empezar una conversación.

— Así que ¿eres nueva aquí, eh?.

Si, merezco un premio.

Sin embargo ella rió y respondió.

— Sí, así es.. O bueno, sí que había venido antes a visitar a Corinne, pero jamás imaginé vivir aquí.

La observe y asentí con la cabeza. Prefiero ahorrarme la charla en todo el camino, pues, no vale contar las 7 veces que no dijimos una sola palabra.

De vez en cuando le comentaba los monumentos importantes o cosas similares que sus ojos captaban.

Y me encantaba que mirara con los ojos del turista; que ven belleza donde todos ven rutina.

Paramos en un punto y decidimos descansar, habíamos perdido de vista a Cliff y a Corinne, jure internamente odiarlos por eso.

Así que éramos sólo ella y yo, y el incómodo silencio.

— ... Corinne me había comentado que su novio y tú forman una banda. -dijo rompiendo el hielo. — Dice que es la mejor en todo el mundo.

— Pues creeme, Corinne no te mintió. -bufé. — Yo diría que somos una familia.

Ella sonrió dulcemente y algo en mi se aceleró.

Continuamos la charla camino a su casa, pues, se veía muy cansada. En aquel momento pude saber un poco más de ella y viceversa.

— Bien.. aquí es. -comentó sacando las llaves de su bolsillo.

Por alguna razón no quería que se fuera, quería seguir hablando con ella. Pero qué podía hacer yo, si aún era un total desconocido.

— Si quieres.. podríamos salir mañana. O tal vez, te gustaría ir a vernos ensayar en casa. -respondí.

— Las dos opciones me parecen bien ¿Te parece a las 3:30 de la tarde?.

Acepté sin chistar, me despedí con un gesto y me retiré dirigiéndome a casa. Por fin.

Me culpe de estúpido por haberla invitado a salir.

"KARMA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora