3.

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Ella fue la primera
de las grietas en mi pecho.
Se extendió por mi venas
y mi amor por ella
empezó a latir de un modo terco.
Si suelto la cuerda
seguro que no te das cuenta
de que aún así puedes andar por ella.
Las promesas se atascan en el sumidero,
las protestas de mis huesos se clavan en mi pecho.
Corazón de piedra
y mirada de marfil,
voy a suicidarme con un trozo de hiedra
de esa que crece en tus venas
de manera sutil.
Y así voy a escalar
por tus costillas,
y voy a soplar la oscuridad
para traerte un nuevo día.

Colándome en tus heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora